Los hechos que denunció la profesora se remontan al pasado año, cuando los denunciados, chicos de entre 15 y 16 años, comenzaron a hacer burla de la docente, mediante mensajes y anónimos que hacían llegar a la propia afectada, mofándose de cuestiones personales. Lo que comenzó como bromas de mal gusto, se agravó cuando la afectada puso el asunto en conocimiento de la dirección, que intentó mediar entre los chicos y la profesora, para poner fin al asunto.

Desde entonces según explicaron los compañeros de la afectada, los chavales habrían radicalizado sus burlas y el acoso a la docente, con amenazas e insultos que podrían considerase dentro del terreno de lo delictivo. Desde el centro explican que la docente se mostró desde el primer momento dispuesta a perdonar a los chavales y a tratar de llegar a una conciliación para no tener que denunciar los hechos.

Sin embargo, esos episodios habrían ido en aumento según relató la profesora. Hubo mensajes de móvil y comentarios en redes sociales. En medio de todo este proceso, el colegio trató no solo de convencer a los implicados para que depusieran su actitud, sino que incluso organizó unas charlas específicas sobre bullying y ciberacoso, destinadas a evitar estas situaciones. Los supuestos implicados no asistieron a estas jornadas. Antes de llegar a la demanda penal, el director del centro se reunió con los jóvenes para explicarles las posibles consecuencias de estos hechos, pero los chicos negaron ser los autores de dichos mensajes.