Reducir el impacto oloroso de la fábrica de Lourizán, con el reto de alcanzar el impacto cero al finalizar este año; mejorar la calidad del efluente líquido y de las emisiones atmosféricas y aligerar el impacto visual de la instalación son los objetivos que están detrás de las inversiones millonarias realizadas por Ence Energía y Celulosas en la fábrica de Lourizán, dentro del capítulo de inversiones ambientales.

La compañía, según los datos aportados por la propia empresa, destinó 8,8 millones de euros en los tres últimos años para mejorar los parámetros ambientales de la planta pontevedresas. Es una actuación que se enmarcan, indican fuentes de Ence, en la apuesta del grupo que preside Juan Luis Arregui "por consolidar sus fábricas como ejemplos de gestión ambiental a nivel mundial".

Además de los olores, efluentes y emisiones. a Ence-Pontevedra le preocupa también el impacto visual y paisajístico de la empresa y por eso ha incorporado tecnología para reducir de manera drástica los penachos e vapor de la fábrica y puso en marcha un concurso de ideas para integrar (camuflar) la fábrica en su entorno. En el concurso participaron 102 proyectos, resultando ganador la propuesta "Materia propia" redactada por el estudio de arquitectura Orst&Trullenque. La ejecución del proyecto está pendiente de la prórroga de la concesión de los terrenos que ocupa Ence en dominio público que garantizaría su permanencia más allá del año 2018.

Ence recuerda estos datos y apuestas coincidiendo con la Marcha contra Celulosas, que todos los años organizada la Asociación pola Defensa da Ría (APDR) para reclamar el cierre de la pastera de Lourizán y que este año tuvo como eje central la oposición a una posible prórroga de la concesión de los terrenos de dominio público que ocupa en las marismas de Lourizán.

La empresa recuerda que detrás de Ence hay, además de inversiones en mejoras ambientales de la planta pontevedresa, el trabajo de 800 personas de la comarca cuya actividad profesional está vinculada a su actividad industrial.