La artería principal de Poio, esa especie de calle mayor que vertebra todo el municipio, se libera de maquinaria y obras cuando está a punto de afrontar la época del año más conflictiva. La PO-308 pone fin a meses de trabajos continuos y de diversas etapas de restricciones justo antes de que arranque la temporada estival, durante la que el tráfico se dispara e incluso llega a duplicar el que se registra en las semanas de menos movimiento. La concurrida carretera recibirá el paso de 20.000 vehículos al día en julio y agosto, aunque en este año se confía en que los problemas sean menores que en 2013, cuando se puso en marcha la actuación para renovar toda la red de abastecimiento de agua.

La vía recupera la normalidad después de todo un año y un mes de obras durante los que se produjeron cortes totales en algunos tramos o parciales en otros. La señalización de obra permaneció durante todo este tiempo y se retira ahora, una vez que además de los trabajos en sí mismos también se ha avanzado en el remate del asfaltado y pintado de aquellas zonas que quedaron dañadas. El Concello había trasladado a la empresa que acomete los trabajos la necesidad de terminarlos lo antes posible ante la inminente llegada del verano y, con él, aún más tránsito a este vial.

Por tanto, y a diferencia del anterior, desde el gobierno local confían en que los automovilistas no se encuentren con situaciones tan engorrosas como las de hace un año, cuando los trabajos realizados en la calzada supusieron una difícil prueba a una de las vías más utilizadas de todas las de la red autonómica.

Las estimaciones que se manejan desde el Concello se recogen en el informe anual de carreteras que la Xunta emite sobre aquellas que son de su titularidad, como es el caso. La P0-308 alcanzará en julio, mes de mayor afluencia, una media de 19.700 automóviles al día a su paso por Combarro, el punto donde se registra la intensidad superior. Son 5.000 más del promedio de todo el ejercicio y casi el doble de los que transitan por aquí durante el mes de diciembre.

Por otro lado, la PO-308 seguirá recibiendo esa elevada cantidad de vehículos mientras su alternativa está infrautilizada. El acceso norte convence a solo uno de cada cuatro conductores. El vial inaugurado en 2004 para desatascar el tramo inicial de la saturada carretera de la costa sigue contando con una intensidad de circulación muy inferior a la de la carretera de la costa. Los últimos datos medidos por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas así lo evidencian. Fueron unos 5.000 los vehículos que en 2013 circularon diariamente por la vía que comunica Campañó con el entorno de A Seca frente a los 15.000 que optaron por los cinco primeros kilómetros del itinerario litoral (A Barca-Combarro).

La carretera cuenta desde esta semana con una mejora en su seguridad vial. La Xunta procedió a cumplir las peticiones que vecinos y Concello habían trasladado al respecto de la peligrosidad de dos tramos en concretos. La curva de O Laño, en Samieira, y la de la avenida de Outeiro, en Raxó, han recibido una capa antideslizante con la que se quiere atajar la estadística de accidentes en estas zonas.

Esta capa de asfalto se ha aplicado en algo menos de un kilómetro en total. Esta medida es similar a la que se adoptó en la curva de Fontemaior, donde ya se aplicó el tratamiento para prevenir salidas de vía y otros siniestros.