Años de "dignidad y compromiso", tal como subrayaron los organizadores, avalan la Marcha contra Celulosas, que ayer llevó a algo más de un millar de personas ante las puertas de la fábrica de Lourizán para dejar un mensaje claro: Non as prórrogas de Ence e Elnosa. Peche xa.

La manifestación que cada año convoca la Asociación pola Defensa da Ría de Pontevedra ha devenido un clásico, en contenido y en número, lo que llevaba ayer al alcalde Miguel Fernández Lores a reflexionar sobre la oportunidad de "hacer otro tipo de movilización, quizás en el centro de la ciudad, calentando motores antes... para dejar claro que los ciudadanos quieren que Ence se vaya de la ría". Una reflexión con la que, aclaró, no quiere restar importancia a la cita de APDR, asociación que ha hecho y hace del cierre de Ence y Elnosa su razón de ser, sino apostar por una protesta distinta que anime a la participación.

Como es habitual los manifestantes partieron de las alamedas de Pontevedra y Marín y sendas marcha confluyeron ante la planta de Celulosas en donde los oradores recalcaron que "vivimos tiempos cruciales, tiempos críticos en los que la movilización social va a ser fundamental para evitar que la prórroga sea concedida".

El 2018 "se aleja", advierten desde APDR, al tiempo que crecen las posibilidades de que el grupo Ence Energía y Celulosa consiga autorización para permanecer en su actual ubicación más allá de esta fecha, que a día de hoy todavía marca el fin de la concesión estatal de los terrenos que ocupa la planta de Lourizán en dominio público marítimo-terrestre.

La nueva Ley de Costas, que relaja la protección del litoral, contempla prórrogas de hasta 50 años para las concesiones industriales y Ence ya ha manifestado por activa y por pasiva su intención de solicitar la permanencia en Lourizán. De hecho ya solicitó dicha ampliación aunque deberá esperar a que se apruebe el reglamento que desarrollará la nueva norma, que está en fase de tramitación, para que la petición sea cursada.

Consecuencias

"Hay que concienciar a la población de la necesidad de mantener la unión y el rechazo ante esta nueva Ley de Costas tan injusta que nos pretenden imponer y que significa además la destrucción de la ría y la privatización y usurpación de un espacio público" apuntan desde la Asociación pola Defensa da Ría, cuyos portavoces recuerdan, una vez más, que "una prórroga supondría aumentar la contaminación de la ría, la destrucción de los recursos naturales y el medio ambiente e impediría la recuperación de la economía de la comarca, una recuperación que solo puede venir de la mano de la explotación racional del marisqueo, la pesca de bajura, el sector forestal y de un turismo alternativo".