Cuando entró por la puerta del hospital de Glasgow apenas hablaba inglés. Corría el año 1998 y, junto con su amiga Mercedes, eran una nota exótica."Eramos jóvenes e inconscientes y tuvimos mucha suerte porque nos dieron clases de inglés y los tres primeros meses nos tutelaban enfermeras locales que, con mucha paciencia, nos ayudaban a comunicarnos" recuerda esta veterana, casada con un británico y con dos hijos que trabaja ahora en Sheffield. "Hoy sin conocer el idioma, no sería posible que nos contratase" asegura y recalca:" entonces y ahora valoran y respetan mucho nuestra formación".