Fue una despedida agridulce la de la profesora Elena Vilán, que ayer dijo adiós a las aulas del colegio Doroteas tras 44 años de docencia. "Siento nostalgia, melancolía", reconoce, "lloré muchísimo, por un lado hubo una fiesta, bailamos y lo pasamos muy bien con los niños, pero al marchar no pude evitar las lágrimas y la pena".