-¿La disgustó su hijo, Javier Collado, cuando le anunció su intención de seguir sus pasos?

-Lo esperaba porque esto es una cosa (risas) pero me llevé un disgustazo como casi todas las personas de mi profesión que tienen hijos que se dedican a esto, el primer "quiero dedicarme al teatro" o "quiero ser actor" es doloroso porque sabes que está abocado a una profesión insegura, siempre bordeando el abismo, volviendo a empezar en cada cosa que haces. Y además, porque su padre también fue un gran productor, por pertenecer a una familia de actores te exigen más, aunque no te lo digan pero lo sabes, entonces me llevé un disgusto pero, por otro lado, acabó Periodismo con 22 años y le dije que se empezase a formar, empezó desde abajo, estuvo de extra años, como debe ser, pisando escenario, que es como se aprenden. Pero a pesar de que ha empezado tarde, porque yo empecé con 10 años, pero sin embargo hizo espectáculos importantes, está haciendo distintas obras, en una de ellas hace de tres personajes, también tiene un papel en televisión, ha tenido una carrera vertiginosa, y además yo creo que objetivamente es buen actor, no quiero que me ciegue la pasión, y no puedo más que estar orgulloso, además porque vive la carrera como creo que hay que vivirla, es muy trabajador, se deja la piel en cada cosa que hace, buscando e interesándose, es un apasionado de esta profesión y eso me gusta porque no se puede ejercer de otro modo, hay que ponerle mucha pasión, esforzarse mucho, estar continuamente en forma a todo nivel, hay que querer mucho a esta profesión y el es un apasionado.