Un estanco de Ponte Caldelas fue el escenario el pasado viernes de madrugada de un robo. Lo curioso y lo que está acabando también con la paciencia del propietario del local, es que este asalto es el cuarto que padece este mismo establecimiento en menos de un año.

En el que se produjo el viernes de madrugada, el ladrón no pudo hacerse con un gran botín, pero volvió a causar daños en el establecimiento. Según denunció el dueño del estanco San Roque, ubicado en la avenida de Vigo de esta localidad, durante la madrugada del viernes al sábado recibieron en su domicilio una llamada telefónica de la central de alarmas indicándoles que había saltado la de su local. Al llegar al lugar se encontraron ya con una patrulla de la Guardia Civil que ya había sido alertada pero que llegó cuando el ladrón ya habían abandonado el lugar.

Según explican los responsables del establecimiento comercial, las cámaras de seguridad grabaron al autor del robo. En estas imágenes se puede observar como el ladrón llega cubierto con una capucha y fuerza la reja del expositor que da a un parque contiguo, para posteriormente romper la luna y la vitrina interior, penetrando así dentro del comercio y llevándose el cajón del dinero de la máquina registradora que no contenía una gran cantidad de dinero.

La Guardia Civil ya ha abierto una investigación para dar con los autores del robo. Desde el comercio explican que, aunque en esta ocasión los ladrones no lograron llevarse una gran cantidad de dinero o mercancía, están cansados de los continuos robos, que además en este caso, sí dejó daños en el establecimiento. Solicitan una mayor vigilancia policial y, aunque reconocen que los efectivos de la Guardia Civil sí realizan patrullas por la zona, es posible que los ladrones vigilen sus movimientos para actuar justo instantes después de que hayan pasado los agentes, por lo que propone otro tipo de sistemas de vigilancia que pudieran hacer pasar más desapercibidos a los representantes de las fuerzas del orden.

Además, en su caso están cansados de que sean un objetivo constante de los ladrones, tras sufrir el primero de los robos hace ya casi un año, para a continuación padecer otros tres, el último este de la madrugada del viernes al sábado.