El casco urbano está a punto de cumplir dos años sin los problemas de tráfico existentes hasta la inauguración del corredor que une Lourizán y Seixo. Los automóviles que atraviesan la villa son ahora un tercio menos que entonces según los datos que maneja la Xunta, en los que se apunta que de los prácticamente 12.000 vehículos que de media utilizaban la PO-551 en este tramo se ha pasado a algo menos de 8.000. Por ahora esta carretera acumula aún más usuarios que la nueva vía, aunque en ésta los registros siguen aumentando y ya cuenta con picos de 9.500 en verano.

La infraestructura denominada VG 4.4 ha resuelto en gran parte los frecuentes atascos que se registraban en la principal avenida de la villa. La diferencia es evidente para los conductores habituales y queda de manifiesto en las estadísticas con las que la administración autonómica analiza el estado de su red. La PO-551 va perdiendo tráfico gradualmente. Desde que se inauguró la variante en verano de 2012, pasó de una intensidad media diaria (IMD) de esos casi 12.000 vehículos en 2011 a 8.837 en el cómputo del año de la apertura. El primer ejercicio al completo, 2013, la disminución continuó hasta los 7.960.

Afluencia estival

Ese promedio anual se dispara en los meses estivales. A la actividad habitual se suma el acceso a las playas y las visitas a la comarca de O Morrazo. Unos desplazamientos que, entre otros, elevan la presencia de automóviles en este tramo por encima de los 10.400 en el mes de agosto. Diciembre es, por contra, el de menor utilización del vial, con apenas 6.631 en este pasado año. En cualquiera de los casos, la presencia de vehículos de gran tonelaje se sitúa en un tres por ciento.

Al contrario de lo que sucede con la PO-551, la VG 4-4 incrementa el tráfico desde que se puso en servicio. En la segunda mitad de 2012 obtuvo una media de prácticamente 6.500 vehículos, mientras que en todo 2013 esa cantidad subió hasta los 7.000. Es en la época estival cuando se produce una mayor utilización, con los 9.500 vehículos diarios que contabilizan los sistemas con los que se mide la frecuencia de paso. Esta vía recibe más tráfico pesado, con meses en los que cuatro de cada 100 automóviles son de ese tipo.

Tanto en un caso como en el otro, la IMD experimenta profundas modificaciones si se comparan los días laborables con los festivos. En los primeros la circulación se sitúa 10 puntos por encima de la media, mientras que en los segundos el dato se queda 20 por debajo del promedio general.

La apertura de la VG 4.4 se ha convertido en la opción preferida para los miles de conductores que circulan entre Lourizán y Seixo. La vía obliga a recorrer dos kilómetros más que la PO-551, pero a cambio ahorra cuatro minutos de trayecto. Una diferencia que indican los buscadores en Internet y que tiene en cuenta los límites de velocidad del casco urbano, pero no las retenciones que se puedan producir.

En condiciones de tráfico fluido, la carretera que atraviesa el núcleo urbano obliga a completar 11 kilómetros en unos 14 minutos. El empleo de la variante con exactos puntos de salida y llegada deja el tiempo en solo 10 minutos tras recorre 13 kilómetros sin atravesar poblaciones.