Pontevedra y los demás municipios de la ría que se abastecen desde la capital afrontan la época estival con "plenas garantías" de suministro de agua, al menos hasta el mes de septiembre, cuando suelen producirse los principales efectos de una eventual sequía. Con uno de los inviernos y otoños más lluviosos de los últimos años, los dos principales "almacenes" de agua del municipio, el embalse del Pontillón y el río Lérez, se encuentran a "plena capacidad", según fuentes municipales, y presentan un estado mucho mejor que el que se registraba al inicio del verano pasado. El mejor ejemplo lo constituye la presa de Verducido. A día de hoy, según los datos oficiales de Augas de Galicia, se encuentra al 100% de su capacidad y acumula 1,6 hectómetros cúbicos, cuando en junio de 2013 no llegaba al 89%.

Durante el invierno y el otoño el suministro a la población procede del Pontillón y del Lérez, con predominio de la presa, pero a medida que se acerca el calor se opta por la segunda opción y se deja la primera en reserva. El pasado año a estas alturas (como suele ocurrir en todos los meses de mayo y junio) ya estaba cerrado el embalse como fuente de abastecimiento a la ciudad con el fin de conservar sus reservas para el verano. Sin embargo, en esta ocasión no se ha adoptado por el momento esa medida. La razón no solo está en el hecho de que el embalse esté totalmente lleno, sino que incluso es necesario tener todavía los aliviaderos abiertos. La presa permaneció cerrada días atrás debido a las obras de renovación de las canalizaciones que ejecuta la empresa pública Acuaes en el proyecto de mejora de abastecimiento a toda la ría que auspicia el Ministerio de Medio Ambiente. Se trata de la instalación de una nueva tubería desde el Pontillón hasta la potabilizadora de Lérez, con el fin de disponer de más caudal. Pero una vez concluidos esos trabajos, volvió a conectarse con la red de suministro a toda la ciudad, estado en el que continua en la actualidad, una situación muy inusual a estas alturas del año.

La previsión municipal es que se cierre esa tubería de conexión a finales de mes con el fin de conservar toda su agua almacenada como reserva para posibles problemas a lo largo de la época estival. Una vez que se proceda a ese corte, todo el suministro a Pontevedra y los demás municipios de la ría (especialmente Poio, Sanxenxo y Marín) procederá del río Lérez que también presenta un estado excelente, con la presa de Monte Porreiro, donde se encuentra la estación de bombeo, al límite de su muro.

Las intensas lluvias del invierno y del otoño pasados, con cifras récord en Pontevedra, son la causa de este positivo balance hidrológico en la comarca. Las altas temperaturas de estos días, con niveles que superan los 30 grados, no suponen una preocupación a corto plazo, si bien se advierte desde el Concello que de proseguir esta tendencia se adelantaría el cierre del Pontillón. Aún así, se deja claro que "no hay riesgo alguno" al menos hasta septiembre, mes en el que se dejan notar los efectos de la climatología veraniega.

Además de la presa pontevedresa del Pontillón, otros embalses de abastecimiento de la comarca también presentan un elevado índice de ocupación. El del Umia, que suministra a Caldas y a O Salnés, se encuentra al 81,5% de su capacidad, un nivel adecuado, si bien hace un año rondaba el 90%. Es, de hecho, uno de los pocos con peores resultados que en junio de 2013, toda vez que embalses como el de Eiras, en el río Oitavén o el de Zamáns, alcanzan el 100% de capacidad. Por su parte, el de O Con, que surte a Vilagarcía, está al 55%.

La llegada del verano aumento el consumo de agua en la comarca procedente de Pontevedra. Poio, Marín y Sanxenxo obtienen buena parte de su suministro de la capital. Si durante el resto del año el consumo se sitúa en niveles bajos, el aumento de la población estacional dispara la demanda, especialmente en Sanxenxo, lo que afecta de forma notable a los niveles del río. El pasado mes de septiembre fue necesario adoptar medidas restrictivas, si bien se confía en que este año no sea necesario salvo que llegue una sequía fuera de lo normal.

Aún está en el recuerdo de todos el crudo y lluvioso invierno que vivió Pontevedra desde diciembre pasado y durante meses. Inundaciones, temporales y un sinfín de incidentes aún obligan a día de hoy a realizar reparaciones, como ocurre en muchas playas a las puertas del verano, que necesitan aportes de arena y otras mejoras.

Las intensas precipitaciones pasadas son la causa del excelente estado actual de los embalses y ríos, lo que garantiza el suministro de agua para los próximos meses. Si 2013 fue un año que también estuvo cargado de lluvia, los datos de Meteogalicia referidos a los cinco primeros meses de 2014 resultan espectaculares en balance de pluviosidad. Así, la estación meteorológica de Lourizán lleva registrados entre enero y mayo un total de 1.260 litros de agua, lo que supone una media de 252 litros mensuales y 8 al día. Esa cifra ya supone el 70% de toda la lluvia caída en 2013, que fueron 1.790 litros.

En lo que va de año, con 165 días transcurridos, hubo 93 jornadas con lluvia, un fenómeno que fue especialmente constante en enero y febrero, meses en los que solo hubo cinco días sin precipitaciones y que acumularon un balance total de 857 litros, más del doble de lo normal en ese periodo. En esta primera quincena de junio ya se acumulan 45 litros.

Las previsiones meteorológicas para los próximos días mantienen la actual ola de calor, que llena las playas y piscinas de la comarca con temperaturas de 30 grados. No se apunta la llegada del mal tiempo hasta finales de la próxima semana, si bien se trata de una predicciones poco fiables.