| Casi al mismo tiempo en el que las pontevedresas Tamara Vidal y Ana González formalizaban en Madrid su petición de indulto, compañeros de trabajo y amigos se concentraban ante las instalaciones de la piscina de Campolongo para solicitar al Gobierno que conceda esta medida de gracia. No es el único apoyo con el que cuentan las dos trabajadoras, condenadas a una pena de tres años de prisión por formar parte de un piquete de una huelga durante el cual se tiñó con colorante la piscina de Ponte Muiños. También entregaron las 70.000 firmas recopiladas a favor del indulto y están pendientes de entregar otras 100.000 obtenidas por internet. Ambas también solicitaron que se suspenda la ejecución de sentencia ordenada por el juzgado y que las obligaba a entrar en prisión antes de 15 días hasta que se resuelva su petición de indulto.