Las mariscadoras del fondo de la ría están a la espera de que se resuelvan las casi 400 solicitudes que presentaron en el Instituto Social de la Marina (ISM) para percibir una ayuda económica tras dos meses sin poder trabajar por marea roja. Una solución que se presenta como la única posible ante un panorama desalentador y que, en todo caso, supondría una prestación del 80 por ciento del salario mínimo interprofesional.

El organismo está estudiando las peticiones que cursaron desde las cofradías de Raxó, San Telmo y Lourizán. La clave radicará en que desde el ISM consideren que la inactividad por la presencia de la toxina es un paro "por fuerza mayor". Una opción de la que hay un precedente en Galicia, por una riada que se llevó por delante una playa autorizada para la extracción de molusco.

La tensa espera en el sector tendrá en el mejor de los casos una respuesta que se quedará lejos de cubrir los ingresos medios de una mariscadora en un mes de trabajo. Desde el las cofradías calculan que la ayuda que el ISM analiza si concede o rechaza apenas supondría ese 80 por ciento del salario mínimo interprofesional, establecido actualmente en 645,30 euros.

Por otro lado, esta ayuda solo se cobraría en relación a un mes. El sector lleva ya más de dos meses sin actividad, pero los bancos pudieron reabrir durante la semana de pleamar, días en los que no se puede faenar. Este hecho pasa inadvertido para el ISM, que solo reconoce como período susceptible de ayuda aquel en el que los bancos tuvieron que cerrar de nuevo por la elevada concentración de toxina. En el caso de que finalmente las ayudas fuesen concedidas, el marisqueo podría solicitarlas también para el mes de junio si se mantuviese el actual cierre.

Los responsables de los pósitos han defendido que la situación actual resulta excepcional, ya que en los últimos meses los bancos de marisqueo solo estuvieron libres de marea roja (las aperturas o cierres dependen de los análisis del Intecmar) los días de pleamar, durante los que nunca se puede faenar. "La gente está muy crispada, algún derecho debemos tener", expresó el patrón mayor de Raxó, Isaac Querejeta, tras uno de los encuentros con las administraciones en los que se han buscado salidas a la encrucijada en la que se encuentra el sector.

El malestar entre las mariscadoras resulta evidente. "Estamos muy decepcionadas", decía una de las asistentes a uno de estos encuentros, mientras que otra animaba a "seguir con la lucha" para lograr al menos algún tipo de ayuda económico. "Queremos soluciones", reclaman a la espera de que el ISM decida si su falta de actividad responde o no a esa causa de fuerza mayor.