"Situación de máximo riesgo debido a que estamos en plena floración y nos jugamos la cosecha del año". Así definía ayer Pedro Mansilla, responsable de la estación fitopatológica de Areeiro, el momento actual que viven los viñedos de la provincia de Pontevedra respecto a la plaga del mildiu que en este momento "está muy controlada".

La vigilancia y las precauciones de los viticultores son todas y además cuentan, a tiempo real, con la información y la ayuda especializada de los profesionales de Areeiro que hacen un seguimiento exhaustivo de los viñedos y otros frutales, máxime cuando existen previsiones de lluvias abundantes y bajadas de temperatura "lo que favorece el desarrollo de la enfermedad", explicaba Pedro Mansilla.

En este sentido en la visita cursada ayer mismo por los técnicos de la estación Areeiro a las parcelas-testigo habilitadas en la comarca de O Salnés pudieron comprobar que, aunque el uso correcto del tratamiento prescrito consiguió frenar el avance del mildiu, en las áreas no tratadas se detectan ya nuevos brotes de infección.

En cualquier caso, añadió este especialista, habrá que esperar hasta finales del mes de junio para comprobar la afectación total del mildiu, dado que será en ese momento cuando se pueda considerar "superado el período de máximo riesgo".

Al lado del responsable de la estación fitopatológica estaba ayer Rafael Louzán, presidente de la Diputación de Pontevedra, institución de la que depende Areeiro, quien explicó que existe "preocupación" entre los productores de los vinos Rías Baixas por la posible reducción de la producción este año a lo que Mansilla respondió asegurando que no existe una "razón patológica" para preocuparse aunque sí puede producirse una reducción relacionada con las escasas horas de frío del invierno.

"Las horas de frío son fundamentales para poder tener una buena cosecha, para que se diferencien las yemas y haya fruto", explicó Pedro Mansilla.

De hecho puede calcularse que el albariño precisaría unas 700 horas de frío para un cultivo óptimo "y en ninguna parte de la provincia se llegó a ese punto durante este invierno" añadió el responsable de la estación fitopatológica de Areeiro.

En cualquier caso habrá que esperar para valorar si realmente existe esa reducción de la producción de albariño y en cuanto se cifra la misma, una posibilidad a la que tanto Mansilla como Louzán restaron importancia, teniendo en cuenta que se está comparando con la vendimia de 2013, cuando se registró una cosecha récord.