El 20 de abril de 2012 marcó un antes y un después en la crisis de Factoría Naval, que había estallado en 2010 y que todavía, a tenor de la presentación del nuevo proceso concursal, está lejos de ser superada. Aquel día nacía una "nueva Factoría Naval" , tras el acuerdo in extremis que permitió eludir lo que iba a ser la segunda suspensión de pagos del astillero en menos de dos años y pactar un plan de viabilidad, y se escenificó con una comparecencia conjunta del entonces conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra; de los directores generales del astillero y del Igape, Enrique Lago y Javier Aguilera (ambos en los mismos cargos a día de hoy) y los representantes del frente de proveedores (las 300 firmas afectadas por el concurso de 2010) y de los trabajadores.

En esta comparecencia el exconselleiro Javier Guerra había destacado que todos (propiedad, entidades financieras, proveedores, trabajadores y Xunta) se había alineado "con el mismo sueño: que Factoría Naval vuelva a ser lo que era".

Dos años después, y con un plan de negocio en marcha y una empresa en fase de consolidación en el mercado de la reparación naval, sale a la luz que uno de los pilares de este acuerdo marco se tambalea, que las entidades financieras (Bankia, Novagalicia Banco y Banco Gallego) se resisten a llevar a cabo algunos de los compromisos adquiridos y en concreto a habilitar las pólizas de crédito que darían liquidez al astillero.

La presentación del preconcurso abre un período legal de tres mess para que Factoría trate de rfeconducir su situación financiera, si no lo consigue entraría en concurso y previsiblemente con la liquidación como meta.