El titular del juzgado de Instrucción 1 de Marín decretó prisión provisional sin fianza, para el acusado de una supuesta agresión sexual sobre una joven de 24 años de edad y vecina de Placeres, Pontevedra. Los hechos ocurrieron en la madrugada del viernes al sábado pasado, en la galería comercial de la Rúa do Sol de Marín. El acusado tiene 37 años y es un vecino del barrio marinense de San Pedro, aunque originario de Senegal. Reside en Marín desde hace 15 años.

Tras ser detenido el mismo sábado, permaneció todo el fin de semana en el calabozo de la Comisaría de Policía Nacional, hasta ser conducido en la mañana de ayer ante el juez. Declaró durante más de tres horas, entre las 11.00 y cerca de las 14.30 horas, momento en el que fue conducido directamente al centro penitenciario de A Lama, donde permanecerá hasta la celebración del juicio.

El fiscal pidió el ingreso en prisión, tanto por la gravedad de los hechos de los que se le acusa como por el riesgo de fuga que aprecia en el detenido, cuyo permiso de residencia en España tendría que ser revisado en el año 2018. El fiscal argumentó que ante la probabilidad de una pena muy alta -en el caso de ser condenado-, el denunciado podría fugarse del país antes de la celebración del juicio. Apuntó además que el acusado no tiene un trabajo estable, si bien ha creado una familia en la villa, con tres hijos de la pareja.

A la entrada del edificio judicial de Marín se concentraron ayer un grupo de allegados, familiares y amigos del detenido, para expresarle su apoyo, al tiempo que criticaban, visiblemente enfadados, el trabajo de los medios de comunicación. La mujer del detenido le facilitó una chaqueta para que se cubriese el rostro al salir del vehículo policial. A la salida del juzgado, el detenido se cubrió la cabeza por completo con un pañuelo.

Antes de declarar el imputado, también pasó por la sede judicial la víctima, quien reiteró su denuncia. El juzgado cuenta además con el testimonio del médico forense que atendió a la joven tras el suceso y que aprecia indicios de agresión sexual y física.

También pasaron por dependencias judiciales testigos de los hechos, ocurridos a primera hora de la mañana del pasado sábado. Entre ellos la propietaria de un estanco situado ante la galería comercial, en la que se refugió la víctima tras sufrir la supuesta violación.

Otros vecinos de los edificios próximos escucharon los gritos de la joven pidiendo auxilio, si bien en algunos de los casos lo interpretaron como una riña de pareja.

El acusado, por su parte, reiteró en el juzgado que las relaciones sexuales fueron consentidas ya que habrían mantenido una relación de pareja anteriormente y que la joven habría actuado por venganza. Mientras que el detenido aseguró ante el juez y ante la Policía que ambos habían tomado unas copas juntos antes de mantener una relación sexual "consentida", tanto la víctima como los testigos sostienen que en las galerías se produjo una situación de abuso de fuerza.

La propietaria de un estanco de la Rúa do Sol que prestó auxilio a la víctima, declaró en el juzgado que si bien en un primer momento interpretó los gritos de la pareja como una discusión, posteriormente escuchó a la joven gritar "me has violado", al tiempo que huía de la galería comercial hacia la calle. El único establecimiento que estaba abierto a esas horas de la mañana (aún no eran las 8.00), era este estanco. Por eso la joven pidió ayuda a la estanquera y ésta se la prestó. Fue esta mujer quien telefoneó tanto a las emergencias médicas como a la Policía, para dar atención a la joven.

Posteriormente la víctima fue trasladada al hospital de Montecelo de Pontevedra y de allí fue derivada al servicio de Ginecología del Hospital Provincial, donde se le practicaron las pruebas forenses que determinaron la existencia de una posible agresión sexual. Además de apreciar indicios de una relación sexual no consentida, los médicos identificaron las magulladuras producidas en brazos y muslos por fuertes agarrones y rozaduras.