La Guardia Civil de varios puestos de la provincia llevó a cabo durante la madrugada de ayer un dispositivo de control e inspección de distintos establecimientos y locales de ocio, sobre todo bares y cafeterías, que acabó con 45 denuncias formuladas, en buena parte por tenencia o consumo de estupefacientes por parte de los clientes o incluso de los propios responsables.

Entre los cinco locales inspeccionados ayer por los agentes figuran al menos sendos bares de Cotobade y Poio, además de otros de Moaña y Cangas. Los efectivos procedían de los puestos de la Guardia Civil de estos dos últimos municipios, así como del de Pontevedra, reforzados todos ellos por la unidad canina del Servicio Cinológico.

Estas inspecciones forman parte, según informó ayer la Comandancia de Pontevedra, de las actuaciones que lleva a cabo la Guardia Civil para erradicar la venta y consumo de sustancias estupefacientes en los locales de ocio.

Según la información ofrecida por la propia Guardia Civil, en solo cinco locales inspeccionados se detectaron 45 infracciones, que fueron objeto de la correspondiente denuncia, mientras que también se practicó la incautación de pequeñas cantidades de drogas, sobre todo hachís, cocaína y marihuana que supuestamente portaban o consumían algunos de los presentes en los establecimientos. La Guardia Civil no concreta la ubicación de los negocios ni el reparto de las denuncias presentadas.

Sí apunta que de esas 45 denuncias formuladas 25 fueron por tenencia de estupefacientes y las veinte restantes por diversas irregularidades administrativas relacionadas con la gestión y actividad de los propios establecimientos de ocio. Así, se detectaron anomalías en asuntos como la venta de tabaco, las hojas de reclamaciones e incluso en la validez de las licencias de apertura en algún caso.

La Comandancia explica que en una de las inspecciones realizadas en el municipio de Moaña se formuló una denuncia contra el propietario de un bar visitado por permitir el consumo de drogas en el interior del local.