La Asociación A Solaina propone un plan de actuación en 10 medidas para conservar su patrimonio cultural. El arranque (una cita de un congreso iberoamericano de turismo) es ya en si mismo una declaración de intenciones: "Con frecuencia una zona que recibe un gran número de visitantes o depende demasiado del turismo percibe las señales de un desarrollo excesivo o de saturación cuando ya es demasiado tarde, las zonas turísticas que reciben gran afluencia deben supervisar constantemente el impacto de los visitantes sobre el medio natural y construido y sobre los valores sociales y culturales".

-¿Es crítica la situación de Combarro?

-Si, hay elementos para estar preocupado desde el punto de vista de la salvaguarda de los valores que encierra su patrimonio cultural y también por la convivencia entre nuevas actividades y usos residenciales tradicionales... Combarro hoy está en una situación crítica, tiene un uso intensivo, con una actividad nueva que puede dañar el recurso, corre el riesgo de morir de éxito en el peor sentido.

-¿Cuáles son las principales amenazas?

-Hay varias cuestiones, una es una actividad turística importante, llegan cantidades importantes de gente en relativamente cortos espacios de tiempo, muchos coches, y además surgen actividades, tiendas, comercios de regalos y toda una parte de restauración, en un espacio muy pequeño, el centro histórico que son unos 25.000 metros cuadrados, y hay espacios públicos pequeños, otros semiprivados y otros privados abiertos, donde están los hórreos etc, son actividades que a veces generan una ocupación excesiva y con poco criterio, y eso es lo que hay que gestionar, conservar los usos tradicionales, que no retrocedan los usos residenciales como de hecho sucede en la práctica en otros espacios turísticos y mantener los valores patrimoniales. Eso exige gestionar con mucho cuidado, atención e intensidad, teniendo en cuenta intereses, expectativas y que se desarrolle actividad conservando los valores.

-Es el reto que permanentemente se plantea, una adecuada gestión del turismo cultural, pero de hecho apenas se consigue: Venecia es un escenario...

-Claro, le pasa también a una parte de Barcelona como consecuencia del turismo de cruceros, es que el turismo es una actividad consumidora de territorio, además un territorio sensible, si no se gestiona bien eso lo que sucede es que esos territorios cambian sociológicamente pero también materialmente, entonces se va hacia un proceso de deterioro y desvalorización. Nuestro informe no se basa solo en nuestros estudios sino en otros informes, el del Seminario Carlos Velasco de 2008, y el de la arquitecta y diseñadora del Politécnico de Turín Manuela Costantino, y el de gente tan cualificada como Iago Seara, ex director xeral de Patrimonio.

-Iago Seara advierte que hoy Combarro no sería declarado Monumento Histórico.

-Yo creo que la cuestión es esa, y es por eso por lo que hablamos de que estamos en una situación crítica, en la que hay que tener en cuenta a la gente, una de nuestras propuestas es que en este momento es necesario una encuesta cualificada a la gente, para saber qué piensa, cómo percibe el espacio, cuáles son sus necesidades, todo ello para tener la percepción social, y hacer las cosas de acuerdo a ella, eso Ramón Villares lo tiene muy claro: no puede haber conservación de conjuntos históricos si en el fondo la gente no lo quiere, y a lo mejor no quiere porque los perjuicios que se derivan de vivir en un conjunto histórico son mayores que los beneficios esperados o porque en los últimos años se han degradado sus condiciones de vida normales. Pedimos que esa consulta se haga de forma pausada y tranquila.

-Critican el desinterés de las administraciones.

-Las administraciones públicas gallegas no pueden seguir mirando para otro lado, les criticamos el no estar a la altura de las circunstancias, los políticos locales compartieron con nosotros la reunión y también el diagnóstico, la cuestión es hacer una política en la que haya objetivos e instrumentos para que eso se consiga, y las administraciones provincial y autonómica no pueden estar al margen, tenemos que poner el tema encima de la mesa.

-En los años noventa, y a iniciativa de la asociación que encabeza, se aprobó en el Parlamento gallego un plan de 8 medidas para Combarro ¿se aplicaron?

-Apenas, en la época de Iago Seara como director xeral y a raíz de nuestras demandas se hicieron dos documentos excelentes, uno con un plan de actuación y una valoración económica de lo que había que hacer en Combarro para mejorar la calidad de vida, la arquitectura tradicional etc, eran más de 700 millones. Pues se hizo muy poco y sobre todo a raíz de las demandas, por ejemplo la calle principal, que se llama A Rúa, fue la principal inversión, pero no hubo apenas continuidad, si acaso con otros programas como el Área de Rehabilitación Integral que se aplicó entre 2005 y hasta 2012.

-Proponen la creación de un museo de tradiciones populares

-Una de las medidas que planteamos es un Plan de Excelencia Turística y, dentro de ese programa, establecer en Combarro un museo de tradiciones populares, que se creó al ser declarado conjunto histórico, está en el BOE y nunca se creó ¿por qué? Porque uno de los problemas que tiene Combarro en el tema de la gestión política es que no es un concello propio sino una parroquia, y las demás piensan que es todo para Combarro y los políticos locales se arrugan, entonces temas importantes como los que se aprobaron en el Parlamento en 1992 no se hicieron ni nadie tiró por ellos, se aprueban y luego no se hacen.

-Señalan a la situación de los hórreos como el ejemplo prototípico de lo que le pasa a Combarro.

-Es increíble que no exista un protocolo de actuación, de medidas y ayudas para que los hórreos se conserven, que un conjunto emblemático de hórreos al lado del mar no tenga después de 40 años de ser conjunto histórico no tenga ese protocolo para salvaguardar estos elementos que son la metáfora de Combarro da idea de donde estamos.

-¿La afluencia turística es el principal problema que afronta la villa?

-Es la afluencia y gestionar los espacios, y hacerlo con calidad, claro, comprendo que es un tema que todo el mundo dice, la calidad de la restauración, de los comercios, bien, es fácil decirlo pero muy difícil de aplicar en realidad, incluso en espacios como muchos años de tradición dar el salto a la calidad no es fácil, requiere políticas en ese sentido, y eso claramente hay que mejorarlo, es un trabajo a hacer a partir de que se establezca un diagnóstico y objetivos claros.