Una mesa individual, cerca de su antiguo grupo, pero separada físicamente de la oposición. Ningún gesto hacia ella y frialdad en los saludos con sus excompañeros. Así comenzó ayer María Biempica su andadura como concejala no adscrita, en el primer pleno municipal desde que hace cinco días anunciara su decisión de abandonar el PP (pero sin entregar el acta al partido) por "incompatibilidad" con su portavoz, Jacobo Moreira. La sesión sirvió para dar rango oficial a esta escisión entre los populares y el distanciamiento se hizo patente desde el primer momento. Al margen de la ausencia de saludos y el silencio absoluto del PP en todo el pleno sobre este asunto, María Biempica sí quiso marcar distancias con sus excompañeros y hasta en cuatro ocasiones votó de manera diferente que sus excompañeros. Incluso se abstuvo en las dos iniciativas que la oposición llevó a la sesión, referidas a la capitalidad judicial y la reforma del modelo de juzgados que propugna el Gobierno central, y sobre el sistema de subvenciones a los clubes deportivos. No hubo explicación al respecto, pero todo apunta a que esa será la tónica general en el año que resta de mandato y evitará dar su apoyo a las propuestas del PP salvo que sean "en beneficio de mi ciudad", máxima con la que ayer se presentó como concejala no adscrita.

Ingresos

Acusada por alguno de sus excompañeros de dar este paso "para conseguir un sueldo", la ya concejala independiente quiso dejar claro, en su primera intervención, que "dado que esta situación no obedece a ninguna aspiración de rédito económico ni similar, sino a discrepancias con el portavoz del grupo, renuncia a la percepción de la parte proporcional del grupo de origen que le pertenecería" y solo participará en dos comisiones informativas, pese a que tendría derecho a formar parte de todas. Esa "parte proporcional" a la que renuncia es una cuantía de 160 euros al mes que le corresponden a los grupos por cada concejal. El PP dejará de percibir ese dinero, que iría a parar a Biempica, si bien ella lo rechazó ayer. Por ello, sus ingresos como concejales serán solo por asistencias a pleno (250 euros por sesión) y a las comisiones (90 euros más por cada una).

Minutos antes era el secretario del pleno el que detallaba el nuevo "status" de la edil, en la que mantiene todos los derechos políticos de su anterior etapa (desde presentar mociones a participar en los debates) pero dejaba claro que no forma grupo propio, ni tiene cabida en la junta de portavoces ni puede obtener más ingresos de los que percibía hasta ahora.

En una "declaración de intenciones" posterior, la edil expresó su "deseo e intención de seguir realizando mi labor como concejala no adscrita por los motivos que todos conocen". Añadió que "mi misión fundamental será trabajar por mi ciudad, de manera constructiva, con humildad y dedicación". Subrayó su "tristeza por no poder ayudar en la campaña electoral al candidato a las europeas, el pontevedrés Francisco Millán Mon, pero los acontecimientos así lo han querido", concluyó con un alabanza a la reciente Pontevedrada, ejemplo de "solidaridad y entusiasmo, valores tan escasos en estos tiempos". Entre el público, además de allegados de Biempica, que aplaudieron sus palabras, estaba presenta José Manuel Guillán, uno de los exconcejales que dimitió en diciembre de 2012 y que había formado piña entonces con la propia Biempica y otros cuatro ediles. De aquellos seis díscolos, solo siguen en el grupo Pablo Fernández y Ricardo Aguilar.

Sin respuesta

Desde el PP no hubo comentario alguno al respecto, pese a que el alcalde, Miguel Fernández Lores, dio la palabra para ello, pero sí desde el bipartito. El portavoz del BNG Raimundo González Carballo, apuntó que "estas luchas internas no son buenas para la corporación, pero si es cierto, como dice el propio Jacobo Moreira, que sale reforzado, todos contentos". Por su parte, el socialista Antón Louro, expresó su respeto a la decisión de la concejala independiente y apuntó su deseo de que "sea útil para todos".

Tras este punto inicial, sus intervenciones en las tres horas siguientes de pleno se limitaron a votar cuando correspondía, hasta que en el turno de ruegos se refirió al estanque de los patos de Las Palmeras. Iba a pedir su limpieza, pero se hizo ayer mismo, por lo que al final solicitó "el regreso de los patos".