La exposición al público de la documentación ambiental del primer tramo de la futura circunvalación (entre Vilaboa y A Ermida) integrada en la autovía A-57, ha multiplicado las alegaciones contra el "impacto" de esta autovía y, sobre todo, la de reemplazar su ejecución por la reversión de la AP-9 de forma que sea gratuita. Estas sugerencias, planteadas ya por la asociación ecologista Vaipolorío y por la plataforma vecinal recién constituida en la parroquia de Marcón, recibió ayer el apoyo de la Sociedades Galega de Historia Natural.

Xosé Lois Rey Muñíz, delegado de este colectivo en Pontevedra, acaba de presentar su propia alegación ante el Ministerio de Fomento en la que pide, de entrada, que "se deseche el proyecto de construir una autovía entre los municipios de Barro y Pontevedra por cuanto existen alternativas más sencillas, tanto social como ambientalmente". Como alternativa a esta futura autovía, la Sociedade de Historia Natural plantea que "se proceda al estudio de la reversión de la AP-9 a la red de carreteras de titularidad pública, haciendo innecesaria" la A-57. En todo caso, añade que si se mantiene el plan original, "se potencien los viaductos y túneles para reducir el impacto paisajístico y las barreras para la fauna". Apunta que "aunque visualmente se pueda considerar alto el impacto de los viaductos, el impacto visual de los cortes en las laderas es superior y su mantenimiento se incrementa a largo plazo".

La Sociedade explica en su exposición de motivos que la A-57 "supondrá la afección directa de al menos tres ríos de volumen considerable (Ponte Nova, Oitavén y Alvedosa) y numerosos ríos de menor cauce", en una zona con un "alto desorden urbanístico, múltiples carreteras y viales y dos lineas de ferrocarril que convierten la zona en completamente saturada".

Plataforma en Marcón

Estas opiniones coinciden en buena parte con las que esgrime la plataforma "Salvemos A Fracha" creada en Marcón y que agrupa la inquietud de los vecinos directamente afectados por el trazado viario -que situará taludes de 60 metros, la altura de una edificio de 17 plantas, al lado de sus viviendas- y la preocupación de todo el entorno por las consecuencias del vial.

"No se entiende un derroche de esta categoría y más en tiempos de crisis como los que estamos" apunta uno de los promotores de "Salvemos A Fracha" que recuerda que está proyectada una ronda urbana, más respetuosa con la realidad periurbana de la capital, que canalizará el tráfico circular y que existe alternativa para la A-57: liberar de peaje la autopista AP-9 entre Pontevedra y Vigo.

Los vecinos de Pintos están analizando qué tipo de movilizaciones pueden realizar para intentar frenar la construcción de la, para ellos, mal llamada circunvalación, al tiempo que recaban apoyos entre los de otras parroquias pontevedresas y en el limítrofe concello de Vilaboa. No buscan la modificación del trazado sino que Fomento se olvide para siempre el proyecto.