Javier Rial Casais era ayer un hombre feliz. Este vecino de Vilagarcía es el propietario de la bicicleta clásica que el viernes fue robada de la exposición "Ponteenbici" que se celebra en el Pazo da Cultura de Pontevedra. Ahora respira aliviado una vez que el velocípedo, fechado en los años 50, ha sido recuperado y vuelve a ser una de las estrellas de esta muestra. A Rial le une un fuerte cariño a esta bici que no viene marcado únicamente por su elevado valor económico, sino también por el sentimental.

-Menudo susto tras la desaparición de esta bicicleta, ¿no es así?

-Para mí que haya aparecido es como si me hubiera tocado el premio gordo de la lotería, desde que me llamaron para decirme que alguien se la había llevado lo pasé realmente mal, todo este fin de semana estuve muy preocupado hasta que el domingo me llamaron para decirme que había sido recuperada.

-Aparte del gran valor económico e histórico que pueda tener, ¿por qué tiene usted tanto cariño por esta bicicleta?

-Es que fue la primera de las muchas bicicletas clásicas que restauré y que todavía restauro. Logré recuperarla tal cual era el modelo original, con los mismos colores y elementos. Es una herencia de la abuela de mi mujer que se la regaló a su nieta y yo la arreglé hasta dejarla como venía de fábrica. La verdad es que si alguien me ofrece comprarla no se la vendo ni por un millón de euros. No habría dinero que hubiera podido compensar su pérdida.

-Esta no es la única bicicleta clásica que ha restaurado ni la única que posee, ¿no es así?

-En la exposición de Pontevedra esta bicicleta está acompañada por la que se podría decir que es su pareja, una bicicleta que también restauré del abuelo y que data, al igual que ella, de principios de la década de los cincuenta. Tengo sobre unas 22 bicicletas restauradas y de ellas diez expuestas en la muestra de Pontevedra y que van desde la década de los treinta, la más antigua, a los años noventa. Ahora mismo me encuentro reparando una Orbea del año 1956.

-¿Sabe como se pudo recuperar la bicicleta después de que la hubieran sustraído?

-Tras el robo yo comencé una campaña de difusión a través de las redes sociales con imágenes de la bicicleta que me habían robado. Al parecer, un transportista que estaba recogiendo diversos objetos le llamó la atención una bicicleta antigua que estaba almacenada en un determinado lugar y preguntó por ella sin que nadie pudiera explicarle de quién era. Luego vio la misma bicicleta anunciada como sustraída a través de mis mensajes en las redes sociales y se puso en contacto conmigo y con los responsables de la exposición. Todo lo que sé es que el domingo al final ya me llamaron asegurando que la bicicleta había sido recuperada y que se podía recoger en las dependencias de la Comisaría de Pontevedra.