La residencia de la ONCE, en pleno proceso de reparación para acabar con sus humedades, será un "centro cívico" pese a que ese destino no satisface plenamente el concejal de Urbanismo, Antón Louro. El alcalde, Miguel Fernández Lores, garantizó ayer ese uso a preguntas del PP; que esgrimió ayer en el pleno este asunto para poner de manifiesto las "discrepancias" en el seno del bipartito. De hecho, la oposición forzó la comparecencia del propio alcalde y de Louro para que cada uno expresaran su opinión sobre el futuro de este edificio y del convenio urbanístico firmado en 2006 con la ONCE pero aún sin cumplir en su mayos parte por la crisis que atraviesa la organización de invidentes.

Los concejales del PP Pablo Fernández y Jacobo Moreira hicieron referencia a las opiniones divergentes de BNG y PSOE sobre este asunto y al riesgo de que haya que devolver un edificio a la ONCE, recibido por el Concello a cambio de una parcela en Doce de Novembro para un centro de recursos y un aparcamiento sin visos de salir adelante. Louro hizo un amplio repaso a la trayectoria de este convenio, por el cual la entidad obtenía también la recalificación de 6.200 metros cuadrados para edificar más de 250 viviendas. El portavoz del PSOE admitió que las actuales obras de reparación de la residencia fueron ordenadas por el alcalde "con buen criterio" y evitó entrar en discrepancias con el BNG sobre su uso final. Explicó que ya se dispone de un informe sobre el futuro del convenio, que ofrece tres opciones: "exigir a la ONCE su cumplimiento total; denunciar y anular el acuerdo; o negociar una modificación. El informe aconseja la tercera vía que yo comparto", situación en la que se trabaja en la actualidad "con la buena voluntad" de la organización.

Por su parte, el alcalde defendió las obras en marcha e incluso adelantó que hará un "sobrecoste" por encima de los 130.000 euros previstos al aparecer más daños de los esperados. Pero insistió en que "habrá un centro cívico para asociaciones vecinales y de otro tipo, porque no es de recibo que un edificio como este esté abandonado y en desuso, algo que sí ocurre con otros que poseen el Estado y la Xunta, como el antiguo cuartel de la Guardia Civil o la sede de Benito Corbal. Admitió además que "hay discrepancias" en el bipartito "porque somos dos partidos distintos, pero negociamos y llegamos a acuerdos por el bien de la ciudad". Y a renglón seguido echó en cara de Moreira que "usted no es el más indicado para hablar de discrepancias. Usted no tiene capacidad para negociar y nosotros tenemos diferencias, pero no se nos marchan los concejales".