La lufa gana terreno en Caldas. El proyecto de dos jóvenes caldenses para conseguir una fibra vegetal única a partir de esta especie similar al calabacín - su finalidad es la fabricación de utensilios de higiene- incrementa sus expectativas. La superficie destinada a su plantación crece de los 10.000 metros cuadrados con los que empezaron estos emprendedores a los 60.000 de los que ya disponen. Una gran extensión de fincas en Saiar conforma ahora un cultivo que da un paso más para su producción a gran escala.

La pareja formada por Juan Carlos Mascato y Noelia Torrente presentó hace poco más de medio año los avances que habían logrado con una investigación que abre la puerta a aprovechar tierras en desuso y que profundiza en la búsqueda de opciones para el rural gallego. El producto que obtienen de la lufa y su natural procesamiento ha tenido una satisfactoria acogida para fabricar desde toallitas desmaquillantes hasta filtros para piscinas. Todo después de años de innovación por parte de este técnico forestal y esta arquitecta. Tras haber logrado un cultivo adaptado a las inclemencias meteorológicas del país, recientemente han logrado la garantía para su estabilización. Las características de la fibra serán siempre las mismas temporada tras temporada, algo que supone una ventaja a la hora de ampliar cartera de clientes.

"Hemos estado tres meses en Alemania para ver si nuestro producto se adaptaba a la demanda de los consumidores y comprobamos que realmente estaban buscando una fibra como la nuestra", indican los responsables de este negocio. Así se han decidido a buscar estos nuevos terrenos con los que la superficie se sextuplica. De todos modos, en un primer momento emplearán en torno a dos tercios de la tierra.

"Queremos suministrar a gran escala, pero manteniendo el mismo sistema y calidad que hasta ahora", afirma Juan Carlos. Algo que, apunta, permitirá empezar a recuperar al menos parte del dinero, ya que hasta ahora las ventas a través de pequeños comercializadores únicamente servían para seguir financiando la investigación y realizar todos los trabajos y pruebas necesarios para llegar hasta este punto.

El esfuerzo y tesón parecen haber merecido la pena en esta apuesta por aplicar en Caldas este plan de investigación agrícola. Los estudios y ensayos han logrado distintos grados de firmeza a través del cruce de semillas. Si bien el abanico de productos que se pueden fabricar a través de esta fibra es amplio, son las esponjas de baño las que están centrando su producción inicial. Un producto de elevada demanda en mercados como el alemán y el australiano y que aporta una elevada rentabilidad. Los promotores dicen haber logrado "una genética única" y "especialmente adaptada a las condiciones climatológicas". Y todo con sello caldense. El proceso se hace íntegramente en el municipio, desde la investigación y plantación, hasta el diseño del empaquetado.