El monocultivo sectorial y el minifundismo societario son dos de los rasgos que definen el tejido empresarial local. Así si la EPA sitúa en el sector terciario el 82,3% del empleo de la ciudad, el Instituto Galego de Estadística (IGE) recoge en su ficha de Pontevedra que ocho de cada diez de sus empresas son pymes con un máximo de tres trabajadores y de ellas el 73% no tiene empleados.

La inmensa mayoría de la actividad privada está adscrita al sector servicios, una vocación empresarial que está estrechamente ligada a la doble condición de capital administrativa y cabecera de comarca que tiene Pontevedra.

La crisis ha dejado bajo mínimos la poca industria de la ciudad y la comarca y a un sector como la construcción que llegó a rivalizar en peso laboral con el comercio y la hostelería. Ahora se ceba en el pilar que sustenta la economía local: los servicios que a pesar de todo le plantan cara.

El alcalde Miguel Fernández Lores, como presidente y convocante del foro consultivo, expondrá al plenario del Consello Económico y Social (CES) el acuerdo adoptado el pasado 19 de febrero por la Corporación municipal para impulsar un gran pacto local por el empleo.

La búsqueda de un amplio consenso está detrás de la presentación. Partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, la Universidad y entidades y colectivos sociales escucharan la propuesta, cuyo enunciado ya ha suscitado las primeros comentarios, a saber, echan en falta un diagnóstico "serio y profesional" de la situación empresarial y laboral de la ciudad y un nuevo modelo económico productivo claro y si no alternativo, al menos corrector del actual que se sustente en los servicios y las administraciones públicas.