El Servicio Galego de Saúde (Sergas) deberá indemnizar con 20.000 euros, por daños morales, a un paciente del Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP), que fue sometido a una cirugía de columna "sin que exista constancia del preceptivo consentimiento informado para la intervención".

El enfermo, que sufría un cuadro de lumbalgia y lumbociatalgia que no remitía con tratamiento conservador, fue operado de hernia fiscal en el año 2003 y reintervenido pocos días después al apreciarse durante el postoperatorio cojera y adormecimiento de los dedos del pie derecho. A pesar de esta segunda intervención su salud no mejoró, quedándole una secuela de dolor intenso y crónico.

La sentencia dictada por un juzgado de lo Contencioso de Santiago y que es firme no contempla, sin embargo, que se haya producido una mala praxis médica tal como sostenía el demandante puesto que "debido al incendio que arrasó el archivo del CHOP en el año 2005 no se ha podido aportar la práctica totalidad de la historia clínica del enfermo y de manera especial las hojas quirúrgicas o algún documento importante que pudiese ser examinado por un perito para emitir un informe" explicaba ayer Cipriano Castreje, abogado experto en derecho sanitario y miembro de la Asociación Defensor del Paciente de Galicia que representó en el contencioso los intereses del pontevedrés ahora indemnizado.

Castreje recordaba que existen sentencias que determinan que la ausencia de documentación clínica presupone una mala praxis al entenderse que se pretende ocultar algo pero, en esta ocasión, se ha valorado las excepcionales circunstancias que rodean el caso (el incendio) y el hecho de que existe el dictamen de un perito de parte, de una aseguradora, que con la escasa información existente determinó en su día que los profesionales del servicio de Traumatología del CHOP habían actuado correctamente aunque el resultado no fuese el deseado.

Carga de la prueba

La sentencia del Contencioso sí deja al Sergas la carga de la prueba en el tema del consentimiento informado en la primera de las intervenciones y dado que no puede demostrar que el paciente conocía el alcance y los riesgos de la intervención y que los asumía concluye que esta información nunca fue dada. La operación tenía un porcentaje de fallo de un 30-40%.

"No se puede demostrar una negación así que es el CHOP el que tiene que acreditar que sí siguió los pasos obligados antes de una operación y más con un riesgo tan alto" indicó el abogado Cipriano Castreje.