Ha pasado más de una década desde que el pontevedrés Y.D.D., que entonces tenía treinta años, pasó por un quirófano del Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP) para ser operado de hernia discal y siete años desde que inició el camino judicial para exigir responsabilidades por una intervención que lejos de solucionar sus problemas de columna lo acabó convirtiendo en un enfermo crónico.

La aracnoiditis crónica que le quedó como secuela lo acabó apartando de la vida laboral activa. En el 2007 le otorgaron una incapacidad permanente.

Según el abogado del Defensor del Paciente, Y.D.D. acogió "con tranquilidad" la sentencia aunque lamentando que no recoja que hubo una mala praxis.