La "Operación Cormorán" es el mayor proceso contra el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico que ha llegado a juicio hasta el momento en Galicia. Más de una treintena de personas resultaron condenadas por actuar como testaferros de Pouso Rivas, quien no pudo ser juzgado al encontrarse desaparecido. Los 57 inmuebles decomisados incluían una decena de mansiones y chalés (entre ellas la casa con fuertes medidas de seguridad de Pelopincho, con piscina interior y un zulo en el que guardaba documentación y dinero), así como 23 viviendas y locales comerciales. Pero también hay joyas, obras de arte y más de una veintena de vehículos que fueron los más perjudicados por el paso del tiempo. Algunos de ellos ardieron en una nave tras un incendio intencionado a los pocos días de que se notificase la sentencia de la Audiencia de Pontevedra. Otros no valen más que para chatarra. Este fiasco de la administración a la hora de conseguir que gran parte de una fortuna forjada con el narcotráfico acabe revirtiendo en beneficio de la sociedad pone de manifiesto la necesidad de mejorar el sistema de gestión de los bienes incautados a las mafias que se dedican al tráfico de drogas. Lo que sí está ya en manos del Plan Nacional es el dinero en efectivo interceptado y el de las cuentas bancarias bloqueadas. El Plan Nacional ingresó en 2013 casi dos millones de euros procedentes de la provincia de Pontevedra, gran parte con origen en este mismo proceso.