La aprobación por parte del Consejo de Ministros del anteproyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial parece no contentar a nadie. El juez decano de Pontevedra, Miguel Aramburu, destaca, tras un primer "análisis rápido" del anteproyecto, que hay aspectos de organización interna que no solo le disgustan sino que además le preocupan. En cuanto al nuevo mapa judicial, aboga por la reducción de partidos, pero sin obviar criterios como la población y carga de trabajo.

-¿Cuál es su primera valoración del anteproyecto de ley presentado por el Gobierno?

-Tras una primera lectura rápida lo que puedo decir es que no me gusta nada, especialmente el diseño de los llamados Tribunales de Instancia cuya organización deja mucho que desear, así como también aspectos relacionados con la jurisprudencia. Hay cuestiones que son preocupantes.

-¿En qué sentido?.

-No creo que sea muy correcta la forma en la que se van a organizar estos tribunales desde el punto de vista interno de gobernación de los jueces. La fórmula en la que se distribuye el trabajo tampoco está clara, por ejemplo.

-¿Qué opina del nuevo mapa judicial que establece con partidos judiciales uniprovinciales?

-El modelo de demarcación territorial que tenemos ahora no tiene razón de ser porque los medios de comunicación y de transporte que existen hoy en día no son los mismos que los de hace 50 años o un siglo cuando se crearon los partidos judiciales. Por lo tanto, yo creo que los partidos judiciales tienen que desaparecer. Ahora, lo que hay que pensar es qué tipo de demarcación queremos. La propia Ley prevé que dentro de una misma provincia pueda haber comisiones delegadas que podrían permitir que en casos como el de Vigo u otras zonas pobladas de la provincia pudieran contar con órganos judiciales fuera de la capital. Lo cierto es que la división actual de 13 partidos judiciales tiene que verse reducida y yo creo que con dos o tres partidos judiciales sería suficiente. Esta es la idea en la que va esta reforma. Ahora habrá que esperar a ver como se plasma la ley.

-¿Esto quiere decir que todavía no hay nada decidido con respecto a la desaparición del partido judicial de Vigo?

-Lo que recoge el anteproyecto es la desaparición del partido judicial en favor de un único a nivel provincial. Lo que no debería pasar porque sería un disparate es que Vigo se quedase sin juzgados.

-El nuevo modelo recoge también la desaparición de las Audiencias Provinciales, ¿cómo afectaría esta reforma a la Justicia en Pontevedra?

-Insisto en que se trata de una primera lectura de la ley, pero lo que se recoge en ella es que en la ciudad de Pontevedra se concentrarían muchos más jueces ya que tendrían que asumir el trabajo del resto de los partidos judiciales. También se establece la desaparición de la Audiencia Provincial como tal pero eso no quiere que una sentencia en primera instancia no se pueda recurrir. Dentro del propio Tribunal de Instancia habría un órgano para conocer de este tipo de recursos. Desaparecería la Audiencia con ese nombre pero aparecería un órgano que asume la mayoría de sus funciones.

-¿Cree que este nuevo modelo solventará los actuales déficits de la administración de Justicia?

-Sin entrar en detalles de lo que plantea el Ministerio, lo que sí es cierto es que el futuro modelo tiene que ir por ahí. En esta cuestión ocurre lo mismo que con la Sanidad, no tiene que haber un hospital en todos los sitios. Actualmente, en la provincia hay tres, Vigo, Pontevedra y Vilagarcía; y quizá el modelo tiene que ir hacia algo así. No puede haber un juzgado en cada pueblo, eso es insostenible y además no permite gestionar bien los recursos disponibles, ni la especialización de los jueces y crear una plaza en un juzgado resulta muy caro.

-A la espera de ver cómo se concreta esta reforma, lo que sí deberá venir es acompañada de medios humanos y materiales...

-Lo que sí está claro es que este anteproyecto supondría un desembolso de mucho dinero. Aquí en Pontevedra, por ejemplo, no hay sitio material para acoger más juzgados como se plantea. Y el nuevo edificio judicial, del que todavía no hemos visto nada, podría suceder que incluso se quedase pequeño antes de que se construya.