El Tribunal Supremo acaba de confirmar la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra en la que se condena a uno de los residentes en un piso de San Antoniño a una pena de tres años de prisión por tráfico de drogas. Se trata de Joaquín C. S., un joven que residía en este inmueble con otro de los procesados que falleció durante la instrucción del caso.

Según salió a relucir en el juicio, en este piso se registraba una intensa actividad de venta a pequeña escala de heroína y cocaína y los propios vecinos fueron los que denunciaron el caso ante la Policía Nacional de Pontevedra que constató como una de las fórmulas que utilizaban para vender la droga era arrojándola por el patio de luces a los compradores.

Una de las cuestiones en las que se basaba el recurso era la supuesta ilegalidad de la entrada y registro en el piso de la calle de San Antoniño en el que la Policía sorprendió a esta persona y en el que se encontraron diversas dosis de sustancia estupefacientes así como diverso material para manipular y pesar la droga. Sin embargo, el Tribuna Supremo considera que el registro se realizó observando todas las garantías legales.

La sentencia de la Audiencia Provincial daba por bueno el testimonio de los agentes del Grupo Medio de Tráfico de Estupefacientes de la Policía Nacional que señalaron la intensa actividad de venta de drogas que se realizaba en el piso de la calle San Antoniño en el que residían el fallecido Ramón L. N y el acusado Joaquín C. S. La investigación partió de una denuncia vecinal ante la Subdelegación que alertaba de la actividad de trapicheo en esta vivienda y el propio presidente de la comunidad de vecinos aseguró en el juicio que el trasiego de personas era constante, "unas 20 o 30 al día". La vivienda incluso contaba con un sistema de videovigilancia.

También estaba acusado un taxista de Poio que resultó absuelto ya por la Audiencia.