Las molestias que ocasiona la "movida nocturna", desde el botellón hasta el ruido de los bares, son un argumento habitual en las quejas de los ciudadanos ante el Valedor do Pobo, un problema que el pasado año se concentró en la comarca de forma especial en los municipios de Pontevedra y Sanxenxo. Al menos, la memoria de 2013 que acaba de hacer pública la institución que preside interinamente Julio Fernández, hace especial hincapié, dentro de la provincia, en estos dos concellos, con referencias al control de la contaminación acústica, los horarios de los locales y el consumo de alcohol a las puertas de los establecimientos nocturnos.

En el apartado de ruidos, el Valedor reprocha al Concello de Pontevedra (junto con otros como Santiago de Compostela) que alegue "escasos recursos" para no realizar mediciones. Así, se advierte un "aumento de los municipios que informan de que no hacen mediciones de ruidos alegando que no cuentan con medio humanos o técnicos o que sus policías locales no están preparados para esas inspecciones". Por tanto, el Valedor acusa a estos ayuntamientos de "ver en la crisis una disculpa para no hacer frente a su obligación legal".

En el caso concreto de la ciudad de Pontevedra, el Valedor hace referencia a una queja respondida por el concello diciendo que "el problema era que los policías locales no tenían suficientes conocimientos para realizar esa labor", y recuerda que "tal cosa se había indicado ya hace tiempo y en cualquier caso, era responsabilidad del propio concello resolverla cuanto antes".

No atendida

Otro asunto centrado en la capital es el "ruido procedente de los clientes de los establecimientos y de la falta de actuación adecuada de sus propietarios y de los concellos". El Valedor cita un caso en Pontevedra que ya dio lugar en el pasado a una recomendación "para evitar el consumo por los clientes a las puertas del establecimiento y las molestias provocadas por la concentración de personas perturbando a los vecinos con ruidos evitables".

Pero esa recomendación, que llegó a ser reiterada, no fue atendida por el Concello ya que "en su última respuesta insistió en su tesis de que resulta imposible evitar este tipo de molestias", aunque en el último requerimiento "por lo menos se comprometió a realizar una consulta a la asesoría jurídica", tras recordar el Valedor que "su propia ordenanza municipal obliga a evitar estas conductas".

En el municipio de Sanxenxo las quejas por los perjuicios de la "movida" proliferaron el pasado año en Portonovo. Así, se hace mención expresa al caso de cuatro bares de la villa, del que transcribe sus nombres, donde se denunciaba la "pasividad municipal después de las abundantes denuncias por ruidos provocados por locales que funcionaban como pubs sin serlo". Añade que "los informes del Concello de Sanxenxo parecían confirmar los motivos de las quejas, pero sin mencionar una reacción adecuada para corregir los hechos denunciados, que se producían de forma continuada, por lo que indicados (dice el Valedor) al ente local las actuaciones que consideramos necesarias".

Corregir licencias

Entre esas recomendaciones se destaca la de la "corregir la inadecuada concesión municipal de licencias de cafetería con equipos musicales, que no se admiten para este tipo de locales, según el catálogo de espectáculos públicos y actividades recreativas y la ordenanza de ruidos del Concello de Sanxenxo". El Valedor subraya que el gobierno local "aceptó la recomendación e informó de que los cuatro establecimientos denunciados ya estaban cerrados".

Al margen de los perjuicios que generan los bares, la institución que preside interinamente Julio Fernández tramitó el pasado año una queja, llegada también desde Portonovo, "por molestias provocadas por las fiestas patronales. La víctima -explica el Valedor- indicaba que el pasado año los ruidos fueran desproporcionados y se llegaron a denunciar y comprobar, pero el Concello no tomó las medidas adecuadas, por lo que sospechaba que este año también sufriría los mismos perjuicios". De hecho, añade que "tuvo que acudir a Urgencias, donde se le prescribió medicación continuada".

Se informa en la memoria de 2013 que "como respuesta el Concello anunció una serie de medidas limitativas de los ruidos con las que la afectada se mostró de acuerdo", que "no volvió a dar cuenta de nuevos incidentes".