El jurado popular que emitió el veredicto por el conocido como crimen de las chinas basó su decisión, absolver al único acusado juzgado por estos hechos de uno de los asesinatos pero condenarlo por el otro, fundamentalmente en los informes de los forenses y los de la policía científica de Pontevedra, tal y como señala la sentencia que la Audiencia de Pontevedra dio a conocer en los últimos días.

En ambas decisiones tuvo mucho peso para el jurado la exposición realizada por los forenses que analizaron los dos cadáveres y estudiaron la participación de una o varias personas en cada una de las muertes. Según el relato de hechos probados, entre las 9.30 y las 16.30 horas del día 26 de abril de 2010, el acusado, Zhang Hai Jie, acudió al domicilio sito en el número 8 de la calle Amado Carballo de Pontevedra en el que residían las dos víctimas, Guang Qu (de 47 años) y Kung Yong (de 45). Lo hizo, según la sentencia, acompañado de otra persona no enjuiciada en esta causa. En el juicio salió a relucir, según indicó el propio acusado, que esta persona sería Wenbin Sun, un hombre que al parecer pretendía mantener algún tipo de relación con Guang Qu, una de las víctimas y que está huido en China.

Añade el fallo que el acusado, "una vez en el interior, con el propósito de acabar con la vida de Guang Qu, intervino en la ejecución de su muerte por asfixia mecánica por sofocación que se produjo mediante taponamiento de todos sus orificios respiratorios". Señala además que "la actuación conjunta del acusado y de otra persona no enjuiciada sobre Guang Qu, disminuyó notablemente su capacidad de defensa". Añade, sin embargo, que "no quedó acreditado que el acusado, tuviese participación en la muerte de Kung Yong".

El jurado llega a esta conclusión al analizar principalmente las manifestaciones de los forenses. Recuerda el fallo que el propio acusado reconoció (apareció una huella dactilar suya en la vivienda) su presencia en el piso de Amado Carballo el día o en momentos cercanos al crimen. Es por ello que lo responsabilizan de la muerte de Guang Qu tras valorar también el informe de los forenses y de la policía científica que indican que para acabar con la vida de esta mujer fue necesaria "la intervención de dos personas". No ocurre lo mismo con Kung Yong y así lo recoge el fallo. Los jurados destacan que, "sin cuestionar la presencia del acusado en el domicilio de las víctimas", de las explicaciones de los médicos forenses se infiere que "en la muerte de Kung Yong no fue necesaria la participación de más de una persona y que del informe de la policía científica se desprende que en el dormitorio en el que se encontraba el cuerpo de la fallecida se encontraron restos biológicos, en el edredón y cuerda, utilizados para darle muerte y ninguno de ellos se corresponde con el perfil del acusado".

Robo

La sentencia establece una condena de 14 años de prisión para Zhang Hai Jie por uno de los homicidios y lo absuelve por el segundo al tiempo que ordena que indemnice con 90.000 euros a la hija de la víctima, Guang Qu, así como por los objetos robados y las cantidades que los autores del crimen retiraron de la cuenta bancaria de la fallecida utilizando una de sus tarjetas. Las acusaciones analizan si recurren el fallo ante el TSXG, algo que ya anunció la defensa de Zhang Hai.