Hicieron falta varias patrullas de la Guardia Civil para evitar que una persona, al parecer con algún tipo de desequilibrio mental, se arrojase al vacío desde el viaducto de la variante de Caldas en el lugar de Barreiros.

Todo ocurrió en torno a las 19.30 horas cuando una patrulla que realizaba labores de vigilancia en la zona de la Nacional 550 a la altura de Tivo fue requerida por varios particulares quienes les manifestaron que una persona se encontraba caminando por dicha carretera con las manos y cara ensangrentadas. Una vez en el lugar, los agentes observaron a una patrulla de la Policía Local de Caldas que perseguía, a pie y por una pista forestal, a una persona de unos 30 años. de complexión muy fuerte. Los agentes personados en el lugar de los hechos intentaron hablar y razonar con este hombre, pero no hacía caso a sus indicaciones y observaron que podía padecer algún tipo de problema psíquico. Fue entonces cuando, para preservar la salud de esta persona, intentaron reducirlo por la fuerza pero no lo consiguieron debido al estado de excitación y nerviosismo que presentaba. A continuación se produjo la situación más peligrosa ya que este hombre se dirigió al puente de la variante y se agarró fuertemente con las manos a la barandilla, pero echando una de las piernas por fuera con la intención de arrojarse al vacío. Esta situación llevó a los agentes a tener que agarrarlo para impedir que se tirase, reducirlo e incluso esposarlo, además de avisar de inmediato a efectivos del 061 y pedir refuerzos de la Guardia Civil de Vilagarcía.