Una vez que surgen los problemas en la aduana del puerto de Vigo para introducir el cargamento de plátano común, que necesita cupo para entrar en España, los integrantes de esta organización se ven inmersos en una frenética actividad para intentar sacar el valioso contenedor del recinto portuario, mientras el mismo era sometido a intensos registros por parte de las fuerzas de seguridad, todos ellos sin que se lograra dar con el escondrijo en el que se hallaba la droga.

Los acusados intentaron buscar empresarios que sí dispusieran del cupo suficiente para sacar esta mercancía, pero para cuando lo lograron, Sanidade ya había decretado que la mercancía tenía que ser destruida puesto que ya no era apta para el consumo humano. Fue entonces cuando uno de los integrantes del grupo, José Manuel Currás, llegó a plantear intentar secuestrar el contenedor cuando fuese trasladado al punto en el que se debería destruir la mercancía.

No es de extrañar el interés por recuperar el alijo, ya que la propia sentencia señala que los 55,8 kilos de cocaína hallados entre los tablones de los palés podrían alcanzar un precio en el mercado ilícito de más de cinco millones de euros. El fallo es recurrible en casación ante el Tribunal Supremo.