El puente de Santiago cuenta en la actualidad con dos carriles de entrada y otros dos de salida y en todo su recorrido no existe ningún paso de peatonales, toda vez que ambos sentidos de circulación están separados por un muro de hormigón que algunas personas saltan para cruzar de un lado a otro.

El objetivo municipal para este viaducto es aplicar un diseño similar al ejecutado en el puente de los Tirantes, eliminando uno de los cuatro carriles para ampliar de este modo las aceras. Todo apunta a que se suprimirá, al contrato de lo realizado en los Tirantes, uno de los de entrada, ya que el puente de Santiago registra más de 8.000 vehículos al día para salir de la ciudad y unos 5.200 para entrar.

En todo caso, el diseño final dependerá de las propuestas que formule la consultora Pettra, curiosamente la misma que elaboró hace tres años el Plan de Movilidad y Tráfico que ya apostaba por este recorte de carriles en el viaducto de Santiago.