Con los comuneros y los militares de la Brilat adaptándose ya sobre el terreno a las condiciones de uso del monte que establece el convenio pactado, ¿qué es lo que está retrasando la rúbrica definitiva del acuerdo alcanzado ya a finales del año pasado? La firma se está demorando básicamente por las mediciones y la burocracia. Todavía se están realizando levantamientos topográficos y realizando trabajo de campo para fijar casi al milímetro las parcelas que finalmente serán cedidas a la Brilat por parte de las cuatro comunidades de montes y aquellas que Defensa deberá devolver a los vecinos.

Mientras tanto, es necesario también superar numerosos trámites burocráticos para que estos trabajos se lleven a cabo y cumplir con todos los requisitos que exige la Xunta para que la cesión del monte por parte de los vecinos a la Brilat se pueda hacer efectiva en las condiciones pactadas, es decir, con una duración de 75 años.

Con todo, no hay preocupación entre los colectivos vecinales por este retraso en la firma del convenio precisamente por la cláusula que fijará su entrada en vigor el pasado 1 de enero. Además, son conocedores de que el Ministerio de Defensa ya reservó la correspondiente partida presupuestaria para hacer frente al pago del canon anual a los comuneros por la cesión de los terrenos.