Tras la construcción y la industria, la crisis se ceba ahora en el sector servicios. A este hecho, común en el conjunto de Galicia, se suma la caída del empleo público, esencial en una capital como Pontevedra en la que las administraciones son el primer "empleador". Incluso con los drásticos recortes en contratación y en la escasa tasa de reposición, a día de hoy todavía uno de cada dos trabajadores en activo de la ciudad tiene un empleo público, tal como refleja el último informe del mercado laboral realizado por el Instituto Galego das Cualificacións, correspondiente al cuarto trimestre de 2013.

Pero además de capital administrativa, Pontevedra es cabecera de comarca y dado el escaso peso que tiene el sector industrial, está volcada en el sector terciario, ahogado por la caída del consumo y la imposibilidad de acceder al crédito. Otro de sus sectores señeros, la construcción y promoción inmobiliaria, está también hundido.

En este contexto el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, señalaba ayer que "los datos de paro no son una buena noticia. Enero siempre es un mes difícil y además está el factor añadido del tiempo que hace imposible empezar obras, como las que nosotros tenemos pendiente".

"El paro sigue siendo la asignatura pendiente", resumía el presidente nacional de CSI-F, Miguel Borra, que ayer visitaba Pontevedra para respaldar a los delegados que este sindicato, en pleno proceso de apertura a la empresa privada, tiene en Ence.