Medio millón de metros cuadrados, encontrarse en un radio de unos 10 kilómetros del Puerto de Marín y contar con conexión a las redes de transporte por carretera de alta capacidad y, sobre todo, de ferrocarril. Son las condiciones mínimas que se existen al terreno en el que se pretende desarrollar esta zona logística portuaria para la que todavía no hay una ubicación definitiva.

Seleccionar el mejor emplazamiento, corresponde, como ya deja claro el Ministerio en este documento, a la Xunta de Galicia. En los últimos años se han planteado varias posibilidades. Las dos que han estado más tiempo sobre la mesa tienen un origen muy diferente. La primera la propuso el PP local en tiempos de Telmo Martín, y se extendía entre los municipios de Pontevedra y Vilaboa. Su posible afección al río de Os Gafos, uno de sus inconvenientes. La segunda es la opción que defiende con uñas y dientes ante la Xunta el alcalde de Pontevedra, Fernández Lores. Se trata de 450.000 metros cuadrados en Leborei, en la parroquia de Cerponzóns. El gobierno local incluso ya habría sondeado a los vecinos acerca de esta posibilidad. El único pero sería la extensión, un poco más pequeña de lo deseable, pero no tendría problema para conectarse con las principales vías de comunicación y, sobre todo con el tren. La conexión ferroviaria sería uno de los problemas de la opción que defiende Marín en el monte Pituco. Otras alternativas, como el polígono de O Campiño o el de Barro-Meis también han salido a relucir como posibles ubicaciones para el denominado "puerto seco".