Intuición, conocimiento, ciencia, amor a la belleza... El coleccionismo es un poliedro y también un túnel del tiempo (sus practicantes insisten en que quien entra en él nunca saldrá) al que se dedica Rogelio Torres Hermida. En su tienda, desde un plato de Dalí a muebles y, muy especialmente, numismática, un amplísimo abanico de billetes y monedas que hacen las delicias de los aficionados a la numismática.

-¿Cómo surgió su afición a la numismática?

-Surgió a través de mi padre, él se pasaba todas las tardes que tenía libres coleccionando monedas y llegó un momento en que decidió ponerse a vender las repetidas o que no le interesaban.

-Convertir su afición en negocio

-¿En negocio? No, no fue eso, fue básicamente que esta afición cuesta un dinero y ante ello lo que decidió hacer es comprar, en vez de una moneda que le faltaba, tres o cuatro. De ese modo obtenía un mejor precio porque compraba un poco al por mayor y lo que le sobraba lo vendía. Así hacía que su colección básicamente le fuera saliendo o bien muy barata, o bien gratuita o incluso ganar algo de dinero para seguir invirtiendo en ella, y así fue agrandando la colección. Y eso le llevó a que posteriormente se plantease hacer un negocio de la numismática.

-¿Hay en Pontevedra muchos aficionados a coleccionar billetes y monedas?

-No, realmente no, a mi me gustaría que hubiera más pero realmente no, es esperanzador ver a jóvenes que se interesan por la numismática, son jóvenes que empiezan con ilusión y ganas pero son pocos. Pero siendo sincero confieso que la media de edad de mis clientes no es muy juvenil (sonríe).

-¿Qué piezas son las más valoradas por un coleccionista?

-La pieza más valorada por un coleccionista es la que no tiene y la quieres conseguir; eso es posiblemente lo más complicado de u negocio como el mío, poner valor a las piezas y requiere estar muy pendiente de los remates de las subastas, las pujas y los precios que hay on line y después la disponibilidad que haya para conseguirlas. Hay monedas que son enormemente difíciles de conseguir y que por ello cuestan mucho dinero, porque hay pocas disponibles para muchos coleccionistas, y al contrario, piezas que son muy comunes porque tienen unas tiradas muy amplias y por tanto hay mucha disponibilidad.

-¿Qué recomienda al que quiera iniciar una colección?

-Que se centre, que no quiera abarcarlo todo, que busque un periodo histórico que le interese especialmente o que le atraiga más y que se concentre en algo muy concreto, como coleccionar medievales, o monedas gallegas, o fichas de cooperativas, monedas de Juan Carlos, billetes coloniales, algo que le guste básicamente.

-¿Qué tipo de piezas ofrece mayoritariamente en su tienda?

- Tratamos de tener un poco de todo, para poder abarcar a la gama más amplia de coleccionistas. Tengo monedas medievales, de la época del imperio español, monedas extranjeras, romanas, alguna cosa ibérica, emisiones de la FNMT, del Centenario... En el caso de los billetes sucede otro tanto, billete nacional, extranjero de todos los continentes y de todas las épocas, de la República, de la dictadura militar, de la guerra civil, de la Restauración borbónica.

-¿Cuánto más antiguo más caro?

-No, no son sinónimos, cuanto menos numeroso, cuanto más escaso, más caro.

-¿Cuánto puede costar, por ejemplo, una moneda romana?

-Pues puede costar desde millones de las antiguas pesetas a un triste euro; depende de muchos factores.

-¿Se deben reparar o limpiar las monedas?

-No, por regla general las monedas no se deben tocar. Hay algunas monedas que cuando tienes un ojo experto puedes plantearte que quizás la puedes mejorar un poco si la limpias de un modo muy concreto, pero eso hay que hacerlo con mucho cuidado y para tener ese cuidado y ese ojo tienes que haber destrozado muchas previamente. Por eso recomiendo no tocar. En general es preferible no limpiarlas porque quizás las estropees más, quizás queden peor, por ejemplo con un brillo artificial, o sin pretenderlo le haces un arañazo, o las dañas. La mayoría de las piezas es mejor no tocarlas, aunque no niego la posibilidad de que existan algunos casos en los que, tratándolas de un modo muy concreto, puedan mejorarse.

-Completa la oferta de numismática con antigüedades...

-Si, porque lo cierto es que las monedas ocupan muy poco, me sobraba espacio y decidí tocar otros palos para complementar un poco el negocio, pero en general la tienda es de monedas y de billetes, básicamente, luego todo lo demás es complementario.

-¿Qué pieza le ha sorprendido especialmente?

-Llevo mucho años en este negocio y he visto de todo, lo que más me sorprende en muchos casos no son las piezas en sí, sino la manera en que viene a parar a mis manos y es que nunca sabes lo que te puede entrar por la puerta, o quien te puede llamar por teléfono para ofrecerte verdaderas joyas históricas.