Estaban llamados a ser los dos grandes motores económicos de la comarca pero parece que no acaban de arrancar en estos momentos de crisis. Las ventas de parcelas en las dos principales áreas industriales en desarrollo de la comarca, los polígonos de A Reigosa y Barro-Meis, se producen a cuentagotas y la instalación de nuevas empresas en estas dos superficies se convierten en un acontecimiento anecdótico, más grave incluso en Barro, ya que el polígono de Ponte Caldelas aún presenta un ligero desarrollo. Esta situación se extiende al polígono de Nantes, en Sanxenxo y la central de Transportes de A Reigosa.

Todos ellos languidecen y acumulan apenas una veintena de empresas, frente a más de 170 parcelas disponibles que suman cerca de 700.000 metros cuadrados en venta y a la espera de la llegada de tiempos mejores pese a los esfuerzos y rebaja que realiza la administración por buscar inversores interesados en instalarse en Galicia.

El mejor ejemplo de las dificultades para encontrar compradores es el parque empresarial de A Reigosa. Colindante con el área empresarial de O Campiño, dispone de una superficie total de 493.000 metros cuadrados, de los que 286.000 están destinados a la instalación de las empresas. Actualmente Xestur cifra en 193.265 los metros cuadrados a la venta. Un total de 24 parcelas tasadas en un precio sin IVA de unos 15 millones de euros a escasos kilómetros de los puertos de Marín, Vigo y Vilagarcía y de la AP-9. El precio medio se sitúa entre los 75,6 y los 95 euros el metro cuadrado dependiendo de la parcela, muy por debajo de lo que se reclamaba hace apenas unos años, según un informe de la CEP.

Sin embargo, todos estos alicientes no han logrado evitar que las ventas de parcelas por parte del organismo dependiente del Instituto Galego de Vivenda e Solo hayan sido más bien escasas. Apenas un lote en 2012 y ninguno hasta octubre del presente año. Todas estas parcelas permiten un uso industrial y comercial y en solo una de ellas cabe la posibilidad de construir una estación de servicio o un establecimiento hotelero.

Según la información aportada por el Concello de Ponte Caldelas, en total son 11 las naves construidas en este parque empresarial ocupando 13 parcelas, la última el pasado mes de octubre con el desembarco de una firma de instalación y montajes eléctricos.

Transportes y Fragamoreira

Al polígono de A Reigosa hay que sumar el fiasco de la central de transportes. Después de ocho años sin una sola venta el IGVS acaba de activar una rebaja de sus precios de hasta un 20% para adjudicar alguna de las 40 parcelas urbanizadas en 2005 tras una inversión que se cifró en 3,5 millones de euros. De los 81 euros más IVA al que se vendía el metro cuadrado se ha pasado a un precio de 64,8 euros con el objetivo de intentar atraer inversores.

Sin embargo, no es la primera intentona de la Xunta de intentar vender el suelo empresarial inactivo. En junio pasado puso en marcha un plan de 17 medidas para facilitar a los emprendedores el acceso a 2,8 millones de suelo empresarial. Entre ellas se establecían descuentos por el pago al contado, por volumen de compra y para el traslado de actividades en edificaciones fuera de ordenación urbanística que pueden llegar incluso al 20% de descuento. También se planteaban rebajas de hasta un 50% para "parcelas singulares", la posibilidad de pagos aplazados, alquileres con opción de compra o líneas de colaboración con los ayuntamientos para que las firmas obtuviesen bonificaciones de hasta un 90% en las tasas e impuestos por concesión de licencias, entre otros. Sin embargo, parece que estas medidas todavía no han logrado dar el impulso definitivo a estos dos parques empresariales. Y mientras, el IGVS tiene en proyecto otros 235.000 metros cuadrados más en el polígono de Fragamoreira en Poio, polígono incluido en el registro de demandantes de suelo empresarial, un sistema que también pretende impulsarla compra de suelo industrial en Galicia.