La Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra completó ayer el golpe que asestó en las últimas semanas a un grupo muy activo y organizado que se había especializado en cometer robos en viviendas principalmente en la provincia, aunque también se les considera autores de varios "golpes" en A Coruña y Ourense. Después de las diez detenciones que se produjeron a finales del pasado mes de octubre en el barrio de Salgueiriños en Pontevedra, así como en Tenorio (Cotobade) y Postemirón (Vilaboa), los agentes procedieron a la detención ayer de otras cuatro personas en el poblado de O Vao y dos más el lunes en el municipio de Ponteareas.

El resultado del operativo, que se da por finalizado, son estos 16 arrestos y una gran cantidad de efectos supuestamente robados que están ya expuestos en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra a la espera de que puedan ser reconocidos por sus legítimos propietarios. Allí se pueden ver una enorme cantidad de joyas, relojes, equipos informáticos y de alta tecnología así como electrodomésticos y otros efectos de valor. Los agentes también recuperaron una gran cantidad de dinero en efectivo, 14 gramos de cocaína y un revólver.

La Guardia Civil ya comprobó la procedencia de algunos de estos objetos y se ha podido determinar, como ya se informó entonces, que esta banda estaría implicada en al menos 20 robos en domicilios de Salvaterra do Miño, Vilagarcía de Arousa, Poio, Pontevedra, Caldas de Reis y Soutomaior en la provincia de Pontevedra, así como en Sada y Bergondo en A Coruña y en Ourense. No obstante, y a la vista de que todavía hay numerosos artículos de los que se desconoce su procedencia, la Guardia Civil reconoce que el número de asaltos que se le imputa a esta red puede ser todavía mayor.

Una de las cuestiones que llamó más la atención de los investigadores de la Policía Judicial fue el alto grado de especialización y preparación que tenía este grupo organizado. "La movilidad de la banda, su experiencia y los medios con los que operaban, tanto humanos como materiales que utilizaban" así como "la organización vertical del grupo y su modus operandi determinó, desde el comienzo de la investigación, que se seguía a una banda especializada", dicen fuentes de la Guardia Civil. Esto complicó también los primeros seguimientos a los sospechosos que desplegaban fuertes medidas de seguridad.

Sus víctimas no eran elegidas al azar. Los ladrones se movían por distintas zonas hasta elegir un objetivo que consideraban "viable". Llegaban a esta conclusión tras someter a los habitantes de estos domicilios a una estrecha vigilancia y tras realizar preguntas capciosas por todo el vecindario con las que intentaban pasar desapercibidos. El objetivo era conocer los "hábitos y horarios de los residentes en las viviendas con el fin de actuar, siempre de día, pero durante la ausencia de sus moradores para gozar de mayor capacidad de reacción" Su principal objetivo eran joyas y otros efectos que pudieran revender con facilidad y obteniendo un beneficio importante. Otros vigilaban el entorno para alertar de un repentino regreso a la vivienda de sus inquilinos. Para actuar elegían principalmente los días más soleados, aprovechando que los habitantes de estos domicilios salían a trabajar al campo. Algunos de los detenidos no llegaron a comparecer ante la titular del juzgado de Instrucción 3 de Pontevedra, que dirige la investigación. Los que sí lo hicieron, quedaron ya en libertad con cargos.