Son los detalles, las carencias del día a día, los que mejor ejemplifican los recortes -de medios, de plantilla, de financiación- en la educación, unos recortes que lastran las actividades, las medidas de apoyo y los servicios complementarios que contribuyen a apuntalar una enseñanza de calidad. Así lo creen al menos media docena de directores y jefes de estudio de otros tantos institutos de la ciudad que subrayan la "imposibilidad" material de cumplir determinadas circulares de la Consellería de Educación que fijan criterios y objetivos encomiables sobre el papel pero para los que no solo no dotan a los centros de nuevos recursos sino que merman los que tenían.

Ocurre, por ejemplo, con las instrucciones dadas para la implementación del uso de las bibliotecas - muchas de las cuales fueron dotadas en los últimos años de importantes fondos y equipos informáticos-, para la creación de aulas de convivencia que corrijan conductas disruptivas o para el diseño de actividades de apoyo a estudiantes con necesidades específicas.

Los directores de los IES Torrente Ballester, José Ramón Couto; del IES Frei Martín Sarmiento, David Albariño y del IES Montecelo, Miguel Carballa y las jefas de estudios del IES Luis Seoane, Rosalía Gago; del IES Valle Inclán, Josefa Cerqueiras y del IES A Xunqueira I, María Inmaculada Pierres, enumeran una relación de perjuicios derivados directamente de los reajustes (reducciones) en sus plantillas docentes en la que se repiten, con matices y distinta intensidad, cuestiones como: la reducción del horario de apertura de las bibliotecas escolares; del número de actividades formativas y deportivas complementarias; la reducción de jornadas o el cierre durante meses de las aulas de convivencia escolar, cuando no la imposibilidad de crearlas; la obligación de impartir asignaturas que no son propias y de compartir horario con otros centros; la falta de personal para atender de manera adecuada las guardias en centros con más de setecientos alumnos, etc.

Bibliotecas como la del IES Torrente Ballester -para la que en su día se planteó un posible uso público- estará abierta para los estudiantes del centro once horas a la semana, frente a veinticinco el pasado año. No se puede hacer más aunque alguno de sus profesores imparta clase en ella para compaginar la labor docente con la atención a este servicio educativo. "Tenemos 59 profesores, tres menos y dificultades para cubrir las guardias" apunta su director, José Ramón Couto, que también explica que el centro carece de aula de convivencia lo que no es óbice para que se atienda "de manera personalizada los casos que necesitan una intervención".

También tiene problemas con su aula de convivencia el IES Montecelo, el centro con más programas de Capacitación Profesional Inicial, lo que confiere a parte de su estudiantado un perfil "complicado". Será, apunta su director, Miguel Carballa, "a partir de marzo, al acabar algunos ciclos, cuando podremos contar con el aula". Además el centro carece de profesor de Pedagogía Terapéutica. El claustro, tras su última reducción (dos docentes), tiene 36 profesores y no son suficientes para cubrir los horarios y todas las guardias, de hecho el propio director cubre dos de una hora.

El problema para contar con profesorado de guardia es común a los seis institutos y en algunos como los macrocentros IES Frei Martín Sarmiento, con 1.279 alumnos y dos edificios, o el IES Luis Seoane, con 720 estudiantes y un edificio de cuatro niveles, el déficit de docentes para cubrir posibles incidencias roza la temeridad ya que hay horas en las que solo hay disponible un solo profesional.

En el IES Frei Martín Sarmiento, cuya nómina actual es de cien profesores, "perdió" diez docentes en los últimos cuatro cursos, de acuerdo con los datos facilitados por su director, David Albariño. Si a ello se suma el aumento de las horas de clase por profesor se explica las dificultades para cubrir, con solvencia, las guardias de pasillo pero también las de biblioteca -cuyo horario ha quedado acotado entre las 9.20 horas y las 13.20- y que no se pueda crear el aula de convivencia, ni hacer las necesarias guardias de refuerzo.

Tampoco el IES A Xunqueira I puede cubrir las guardias de refuerzo que necesitaría pero la situación de este centro es sensiblemente mejor que la de sus homólogos ya que, tal como indica su jefa de estudios, María Inmaculada Pierres, en este curso la plantilla se mantiene intacta, cuenta con un profesor para atender la biblioteca y su aula de convivencia mantiene el horario y la actividad de cursos pasados.

Por su parte el IES Valle Inclán, con un claustro de 67 miembros y cerca de 800 alumnos, sí que acusa problemas por contar con una plantilla docente ajustada: tanto para cubrir guardias -solo en la primera y última jornada cuentan con dos personas para este cometido- como para atender la biblioteca en la que han tenido que reducir el horario de apertura, de acuerdo con la información facilitada por su jefa de estudios, Josefa Cequeiras.

La infrautilización de la biblioteca también preocupa, y mucho, a la dirección del IES Luis Seoane de Monte Porreiro ya que estas instalaciones, hasta este año, funcionaban todos los días en horario de mañana y tarde lo que permitía, según explica la jefa de estudios del centro, Rosalía Gago, "que estuviese abierta al barrio, que fuese utilizada por los alumnos como lugar de estudio ya que además disponen de ordenadores y acceso a internet para preparar sus trabajos". Ahora, añade, "la mitad de las horas está cerrada, se abre en horas sueltas cuando hay disponibilidad de profesorado y cierra por las tardes".

Por su parte el aula de convivencia, que en el curso pasado funcionaba todos los días, este año permanecerá cerrada los lunes y viernes. "No hay profesores ni horas ya que perdimos en dos cursos tres profesores (el claustro actual es de 62) y ganamos dos grupos" apunta Rosalia Gago que enumera entre otras consecuencias de los recortes: la reducción de la atención a la diversidad, los refuerzos de lengua y matemáticas; de las actividades deportivas o el tener que compartir un docente con el Instituto de Ponte Caldelas.

Son algo más de 11.300 los estudiantes de ESO, Bachillerato y FP matriculados en los quince institutos y centros privados con enseñanzas medias que hay en la ciudad de Pontevedra.

Alumnos del IES Torrente Ballester con asignaturas convalidadas estudian en una mesa en el pasillo debido al reducido horario de biblioteca del centro: tan solo once horas a la semana.