Si tenemos suerte envejeceremos. Hoy en Galicia los mayores suponen ya el 22,86 por ciento de la población (el segundo mayor índice de España), 635.879 personas que superan los 65 años. De ellos, casi 100.000 han cumplido los 80 años y unos 1.200 con centenarios. Éstos residen mayoritariamente en zonas de Ourense y Lugo, que superan incluso a Japón en envejecimiento.

Buena parte de esos mayores inauguran actualmente un nuevo modo de ser viejo, en el que cumplir años no se socia al deterioro en la salud o a la inactividad, sino a una cada vez mayor participación social e incluso al sostenimiento de la familia en un escenario de crisis.

Son algunos de los temas en los que incidirá el congreso "Estilo de Vida 3.0" que desarrollará el próximo mes de junio en Pontevedra la Sociedade Galega de Xerontoloxía, cuyo presidente, José Carlos Millán, explica que el lema del simposio "trata de recoger, haciendo un símil con el lenguaje tecnológico, la necesidad de incidir en tres factores de vital importancia para alcanzar una calidad de vida adecuada, como son la actividad física, estado cognitivo y estado emocional".

El comité organizador del congreso y los responsables de la Sociedade de Xerontoloxía celebraron ayer una reunión preparatoria en la que aprobaron nuevas líneas de trabajo que se desarrollarán en centros de A Coruña, Lugo y Pontevedra. Se trata de un programa de actividad física en el que ya colabora el colectivo de centros de día Saraiva y un plan para paliar "el tremendo impacto que generan las demencias, incluido el alzhéimer, que afecta no solo al enfermo, sino a sus familiares, cuidadores y a toda la sociedad en general".

Con este programa para afrontar el deterioro cognitivo, indica José Carlos Millán, "se pretende homogeneizar los instrumentos de valoración de la salud mental, de acuerdo a las características de la población anciana gallega".

Esta medida facilitará, añade el presidente de los gerontólogos "que todos los profesionales del ámbito de la gerontología y la geriatría hablen el mismo idioma a la hora de comparar resultados para hacer más sencilla y accesible su atención, dinamizar tratamientos, terapias, etc.", con la idea de promover la coordinación socio sanitaria y las políticas de prevención y diagnóstico precoz.

Más del 70% de los españoles que sufren demencias son atendidos en el seno de la familia y sus cuidadores tienen un 50% más probabilidades de ver alterada su carrera profesional, bien por reducción o por abandono.

También sufren emocionalmente estos cuidadores, en su gran mayoría mujeres: la posibilidad que sufrir una enfermedad mental es un 20% superior a la del resto de los ciudadanos.