Comunidades de montes y propietarios sostienen que el Plan forestal de Galicia "ha fracasado" y el plan de prevención y lucha contra los incendios es "ineficaz, cuando menos, en relación a su primer objetivo". Han pasado 21 años desde la aprobación unánime del primero en el Parlamento autonómico y otros tantos desde que se puso en marcha el segundo (llamado inicialmente Infoga y más tarde Pladiga) por lo que el sector, por boca de la Organización galega de comunidades de montes veciñáis en man común, reclama a la administración "un ejercicio de reflexión" y a los partidos políticos "que no den la espalda a la realidad" con el fin de "ofrecer una alternativa consensuada que ponga en valor el monte, que marque el rumbo a los propietarios que quieran buscar rentabilidad económica y social a sus explotaciones" explica el portavoz de la Organización galega, presidente de la Mancomunidad de Castrove-O Salnés y presidente de la comunidad de montes de Combarro (Poio,) Claudio Quintillán.

No hay que olvidar que en la provincia de Pontevedra hay 150.000 propietarios forestales y alrededor de 600 comunidades de montes lo que habla de un minifundismo que, unido a la falta de ordenación del territorio y a la inexistencia de directrices que marquen un modelo claro de desarrollo económico, hipoteca el presente y el futuro del sector. Resulta "muy significativo" señala Claudio Quintillán que ninguna explotación forestal de la provincia dé para vivir, que solo unas pocas sirvan de complemento económico agrario y que la mayoría se utilice como fuente esporádica de ingresos y casi siempre por venta. "Solo en el norte de Galicia las explotaciones forestales rentan y son, en gran medida, por la venta de madera de eucalipto", añade.

En el conjunto de la comunidad autónoma son 750.000 propietarios individuales y 2.800 comunidades de montes las que poseen y/o gestionan alrededor de 1,8 millones de hectáreas forestales.

Desde las comunidades de montes lamentan que cada verano se ponga el foco "exclusivamente" en los incendios forestales; que los partidos políticos, sindicatos y colectivos sociales se centren en denunciar la insuficiencia de medios, el modelo de contratación del personal antiincendios y la apuesta por la privatización del servicio o la falta de trabajos previos de prevención. "Críticas que compartimos pero pedimos que se vaya más allá y se analice la realidad del sector forestal gallego, su falta de planificación, el silencio por respuesta que obtienen los propietarios cuando solicitan consejo para invertir o repoblar y también que se valore por qué después de 21 años de planes contra los incendios se repiten las situaciones y los escenarios" apunta Claudio Quintillán

Además, y para este portavoz de la Organización galega de comunidades de montes de veciñáis en man común no es una cuestión menor, los responsables de las políticas de promoción del monte y de prevención y extinción de los incendios forestales "es el mismo desde hace 21 años". Algo que también debería ser objeto de revisión.

Diecinueve distritos

El Plan forestal de Galicia, aprobado en 1992, nació con la vocación de marcar el rumbo del monte gallego "de los próximos 40 años" y "acercar la administración" al mundo rural En este sentido marcaba la zonificación de la comunidad autónoma en 19 distritos forestales, "lo único que se ha hecho" apunta Quintillán, que recuerda que son la referencia que toma la Xunta para el despliegue de efectivos y medios para combatir el fuego. Sin embargo no se ha ido más allá por lo que no se han convertido en el referente de planificación forestal, de consulta y asesoramiento que se esperaba de ellos.

La Organización galega echa en falta la ordenación del territorio y un plan de explotación que recomiende que tipo de repoblaciones son las idóneas, hacia que mercado hay que dirigir la posible producción, cuál es el modelo económico de desarrollo que se pretende, etc.