La familia Iglesias Eirín confía en la Audiencia Provincial para que el caso de Sonia, adscrito al juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra, pase finalmente al juzgado especializado en Violencia de Género. Una decisión que, para ellos, marcaría un punto de inflexión en tanto en cuanto se reactivarían las diligencias y se alejaría, cuando menos durante un tiempo, el fantasma del archivo de la investigación con la etiqueta de "caso sin resolver".

Pero además, entiende la familia de la mujer desaparecida sin dejar rastro hace ya más de tres años, el traslado del expediente a Violencia de Género les daría un aargumento para solicitar la custodia del hijo de Sonia, que en la actualidad vive con su padre que, hoy por hoy, también es el único imputado y lo está por un supuesto delito de detención ilegal.

El menor que tenía nueve años cuando desapareció su madre vive desde entonces con su padre aunque tiene reglado un régimen de visitas con su familia materna. Con sus abuelos (Alejandro Iglesias y Carmen Eirín) pasa fines de semana y la mitad de las vacaciones, responsabilidad que los padres de Sonia asumen con su hija Maricarmen, su única hermana.

Justicia

A pesar de los tres años transcurridos desde la desaparición de Sonia Iglesias su familia ha mantenido y mantiene la esperanza -con momentos intercalados de dudas, rabia y flaqueza- de que algún días las investigaciones den su fruto y puedan recuperar los restos -"algo de ella"- para poder cerrar un capítulo de la tragedia que viven, así como la confianza en que la Justicia finalmente pueda darles el consuelo de ver identificado, detenido y castigado al autor de la desaparición de su ser querido.