Después de que los fines de semana taurinos hayan quedado atrás, son muchos los que buscan incorporar a su mesa una de las carnes más particulares que se pueden encontrar en el mercado: la del toro de lidia.

"A estas alturas este tipo de carne ya está prácticamente agotada", afirma una de las carniceras del supermercado Moldes, que ofrece en exclusividad el producto. Los grandes consumidores de la carne de toro de lidia son los restaurantes de la ciudad, que organizan comidas para aficionados al toreo.

Sin embargo, también existen particulares que buscan degustar el alimento. "La mayoría son clientes que repiten cada año y que incluso reservan determinadas partes del animal meses antes de que se celebre la corrida de toros", explican. No obstante, a los compradores habituales se unen cada año numerosas personas, atraídas por la curiosidad y la posibilidad de probar una carne que solamente se puede encontrar dos semanas al año en los establecimientos de la ciudad.

Precios

El precio de la carne de toro de lidia presenta gran variación teniendo en cuenta la parte que se quiera adquirir. Así, aquellos que lo deseen podrán adquirir por 5,45 euros la carne de estofado, mientras que la chuleta ronda los 13,95 euros el kilo. Más o menos, los precios se mantienen estables respecto a años anteriores, "aunque este verano el precio ha bajadoen comparación a 2012", declara la vendedora.

La carne de toro de lidia está recomendada para una dieta baja en grasa, pues la alimentación de estos animales permite que el nivel de lípidos en las fibras sea inferior. En este sentido, las reses de lidia son mucho más valoradas que los toros de engorde. Además, el preciado manjar presenta un sabor fuerte y una textura más dura que la de otros animales como la ternera., además de presentar un color más oscuro.

Proceso

El proceso que debe seguir la carne de toro desde que sale del ruedo hasta que llega a la mesa requiere mucho más cuidado que cuando se trata de otro tipo de producto.La cadena de venta debe ser llevada a cabo contrarreloj desde el sacrificio del animal hasta la adquisición por parte del establecimiento encargado de su venta. Una de las características de este alimento es que debe permanecer varios días congelado para finalizar con el "rigor mortis", y permitir que esté blando de cara a su futuro consumo.

El toro de lidia es un producto tradicional, al igual que su forma de cocinarlo por parte de los clientes pontevedreses. Aunque las posibilidades culinarias que ofrece son numerosas, la mayoría de la gente se decanta por el estofado o, en su defecto, por cocinar las chuletas a la plancha.

Muchos gustarían de elaborar el preciado rabo de toro, pero ninguno se ha puesto a la venta, al ser demandados por los propios toreros.