Existen "certezas" policiales y, desde hace un año, una imputación judicial por supuesta "detención ilegal" que señalan a Julio Araújo, pareja de Sonia Iglesias y padre de su hijo, como el supuesto responsable de su desaparición lo que no aleja, sin embargo, el temor de la familia de la joven pontevedresa de que finalmente el suyo se archive como "un caso sin resolver".

Las esperanzas de los padres de Sonia (Alejandro y Carmen) y de su hermana (Maricarmen) están puestas en recuperar sus restos, "algo de ella", que les permita darle sepultura y pasar página de una tragedia que ya les ha marcado para toda la vida y que reviven con toda su intensidad en fechas como la de hoy: un nuevo aniversario de la desaparición.

Este objetivo, "recuperar a Sonia", fue el que llevó a la familia de la desaparecida a pedir públicamente tras un año sin noticias de ella que "si alguien del entorno más próximo" sabe dónde está que lo diga, dejando en un segundo plano el interés por saber quién es el responsable.

Aún tendría que pasar otro año para que el juez imputase a un presunto implicado en la desaparición y otro más para que la Fiscalía de Pontevedra intentase reactivar el caso solicitando el traspaso del juzgado de Instrucción número 2 de Pontevedra al juzgado especializado en Violencia de Género. Una petición, denegada en primera instancia, pero que ha sido recurrida ante la Audiencia Provincial dado que la legislación actual considera que este juzgado especializado es competente para asumir aquellos delitos "que se hubiesen cometido contra quien sea o haya sido esposa, o mujer que esté o haya estado ligada al autor por análoga relación de afectividad, aún sin convivencia, así como de los cometidos sobre los descendientes, propios de la esposa o conveniente".

Julio Araújo fue la última persona que vio con vida a Sonia el fatídico 18 de agosto de 2010. Según la reconstrucción policial, su pareja fue vista desayunando ese día en una cafetería próxima al domicilio y, posteriormente, en una zapatería de la calle Arzobispo Malvar. Desde ese momento arrancó un largo proceso de búsqueda sin encontrarse claves suficientes para determinar qué pasó y en donde está la mujer.

Si la imputación, que no acusación, del compañero sentimental de Sonia suscitó en sus día "importantes" expectativas entre los familiares de la mujer desaparecida sobre una pronta resolución del caso, un año después la falta de avances les genera una gran frustración. Máxime cuando el responsable de la UDEV (Unidad de delincuencia especializada y violencia) en el momento en el que se produjo la desaparición, Serafín Castro, volvió a incidir hace apenas tres meses, en la persona de Julio Araújo como principal "sospechoso" del caso. "Es más que una sospecha, el juzgado lo ha imputado y esa imputación está basada en una serie de detalles y pruebas" subrayó. y aportó un nuevo dato que se refiere a las triangulaciones realizadas por los investigadores para localizar los móviles de los implicados en este caso el día de autos. Castro situó el teléfono de Araújo cerca del lugar en el que fue hallada la cartera de Sonia, en el entorno del poblado de O Vao: "Hay una determinada zona, que está en la vía en la que aparece el monedero de Sonia, que es el último punto en el que repetía el teléfono de Julio, precisamente".