Luz roja, pitidos y aviso de fire (fuego) en el motor número 1. Éstas fueron las alertas que saltaron en la cabina del turbohélice de Swiftair (subcontrata de Air Europa) que realizó el lunes un aterrizaje de emergencia en Barajas tras haber despegado hacia Vigo. Este fallo está entre los más graves en una aeronave, motivo por el cual el comandante regresó a tierra de forma inmediata y haciéndolo incluso en una pista reservada para despegues. "Los fallos más críticos son los de motor y fuego. En este caso se dieron ambos, aunque no confirmamos si hubo llamas o fue solo un sobrecalentamiento. El comandante fue quien apagó el motor por seguridad y activó dos extintores, pero al ver que la alerta seguía activa, pidió permiso para aterrizar en otra pista a la prevista y llegar a tierra cuanto antes como prevención", explica el jefe de operaciones de la aerolínea Swiftair y expiloto del Ejército del Aire. Juan Pinilla.

El avión, con 68 viajeros a bordo, despegó con "normalidad". Sin embargo, tras 30 segundos y después de haber superado los 400 metros de altura saltó en cabina la alerta de fuego. "Este caso los procedimientos se aceleran. El piloto avisa de inmediato a Barajas que regresa al aeropuerto pero al ver que la alarma no se apaga con ninguno de los procedimientos tipificados en este tipo de situaciones, decide acortar el trayecto aproximándose a la pista más cercana. Barajas se lo autoriza e incluso obliga a un avión de Iberia que iba a despegar en ese momento a salir de la pista. Ir más hacia el sur, por donde debería haber entrado, suponía cinco o seis minutos más de vuelo, por lo que el comandante, con muy buen criterio, tomó la decisión de prevención más acertada", reconoce el máximo responsable de operaciones de Swiftair.

El aeropuerto activó la conocida como alarma local. Esta situación da máxima prioridad al avión que tiene problemas y se traduce también en que los responsables de la terminal consideran que el aeropuerto tienen los medios suficientes de seguridad para dar respuesta a la situación de riesgo. En grados superiores se sitúa la alarma general o la de emergencia. En este dos últimos casos se requiere a medios externos que intervengan.

Swiftair analizaba todavía ayer las causas del incidente, aunque los técnicos detectaron dos problemas. "Hay daños en la turbina y una rotura en el sistema de aceite, pero desconocemos todavía los motivos", admite el responsable de operaciones. Pese a revuelo que supuso este aterrizaje de emergencia, Juan Pinilla lanza un mensaje de tranquilidad. "En aviación está todo muy controlado. El avión puede llegar a cualquier lugar con un solo motor y la tripulación está preparada para ello ya que es algo que entrena anualmente. Es comprensible que los pasajeros se asusten y tengan miedo porque hay poca cultura aeronáutica y la mayoría de la gente desconoce todo lo que hay detrás de estas situaciones. Es perfectamente entendible, la situación de ayer fue crítica, porque así está tipificada, pero se actúo de la mejor forma posible y se aterrizó sin problemas", apunta el director de operaciones.

Aviación Civil lo investiga

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) dependiente del Ministerio de Fomento abrió ya una investigación para aclarar lo ocurrido. El organismo inicia estos procesos de análisis cuando se producen daños en la aeronave o personales y sise registra una situación que pueda dar lugar a un incidente grave. La de este vuelo es la decimosexta investigación que la CIAIAC abre este año. "Lo que se busca no es depurar responsabilidades, sino aclarar lo que sucedió para prevenir problemas similares en el futuro", explican desde el organismo.