- ¿Qué beneficio prevén obtener?

- Hay que explicar que nunca pretendimos acaparar dinero ni hacer ninguna barbaridad de inversión en el monte. Cuando nosotros tratamos de recuperar una rentabilidad en el monte, esa rentabilidad será mucha o poca, pero será siempre para invertir en el monte, no para llevarla para casa. Supondrán además puestos de trabajo. Ahora mismo gastamos 120.000 euros en una inversión para la puesta en valor del monte. Se contrataron varias empresas para hacer determinados trabajos. Y esa rentabilidad que la comunidad obtenga siempre se va a reinvertir en la propia ciudad de Pontevedra, en sus empresas, en sus trabajadores. Trataremos de obtener el máximo rendimiento, pero siempre siendo sensibles a las circunstancias y a los colectivos afectados.

- Han iniciado la negociación económica con un precio de 5.000 euros por hectárea; 450.000 euros al año en total, pero ¿tienen ustedes marcado el precio límite del que no están dispuestos a bajar?

- Claro que lo tenemos, pero lógicamente no lo vamos a desvelar por el momento. Hemos hecho nuestros estudios y sabemos hasta donde podemos llegar. Hemos hecho una valoración del terreno, de sus cualidades geográficas, de sus capacidades, que las tiene, quieran reconocerlo o no, y sabemos a dónde podemos llegar. Nosotros defenderemos al máximo los intereses de los comuneros, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, que es dinero para invertir, no es para otra cosa.

- ¿Y Defensa, cree usted que tiene marcado el tope que estaría dispuesta a pagar?

- Sinceramente yo creo que ellos tienen que casar sus cifras, que también las tendrán hechas, y nosotros también vamos a llegar a una cifra, que en todo caso será irrisoria teniendo en cuenta el valor real del monte, pero será una cifra que nos permita poner el monte en valor. No tenemos más pretensión que poner el monte a disposición de los vecinos, de la ciudadanía, hacer un aprovechamiento lúdico y cultural del monte, no tenemos más pretensiones. Y si hay una parte del monte que se dedica a la actividad militar y tiene una determinada rentabilidad, pues habrá que destinar esos rendimientos a la otra parte del monte, para conservarla, para mejorarla.