Acudir hace cinco o seis décadas a la feria de Cuspedriños era participar en una de las citas de intercambio económico más importantes del interior de la comarca. Productos y animales del campo y otras muchas mercancías cambiaban de manos y los más veteranos del lugar recuerdan con nostalgia aquellas jornadas. Con el fin de rememorar el pasado y, sobre todo, otorgarle el valor que se merece, hace unos años se decidió recrear esta feria, que ayer celebró su día grande en esta preciosa aldea de San Xurxo de Sacos, en Cotobade. Vecinos y visitantes vestidos de época, un mercadillo con numerosos puestos de comida, embutidos, artesanía y otros productos, vehículos antiguos y un sinfín de actividades, todo ello acompañado por el buen tiempo, sirvieron para que Cuspedriños regresara, al menos por un día, a mediados del siglo XX.

La música tampoco falto a esta cita con las fiestas, cada vez más numerosas, de recreación histórica, y los asistentes pudieron disfrutar de exhibiciones de gaiteiros y pandereteiras junto a oficios tan tradicionales como el afilador o el fotógrafo. Además, hubo una muestra de trajes tradicionales a cargo de la Asociación do Traxe Galego.