César Mosquera admitió ayer que la "alianza" del lunes entre PSOE y PP "era algo previsible" por lo que, a su juicio, "la sorpresa del pleno no fue la votación en sí, que más o menos parecía clara, sino la suficiencia, la satisfacción que tuvieron Louro y Moreira al votar juntos. Los dos parecían muy satisfechos políticamente, incluso personalmente".

Por eso, aboga por dejar reposar la crisis unos días: "Habrá que mirar las consecuencias y, en todo caso, habrá que dejar unos días para que disfruten de esta situación. Después ya veremos".

En todo caso, Mosquera no cierra la puerta a reabrir el debate sobre el PXOM porque "hablar siempre se habla", pero evita "adelantar acontecimientos" puesto que, según insiste una y otra vez, "es radicalmente inviable aprobar este Plan. La cosa es muy clara: a finales de 2011 estuvimos todas las fuerzas políticas de acuerdo en enviar a la Xunta un PXOM, Plan que incluía unas determinaciones en sus partes más sustanciales como tamaño de los núcleos, edificabilidad total o el futuro de Ence, pero la Xunta las tumbó todas. No sé si alguna de las fuerzas políticas renuncia ahora a alguno de estos principios".

Antón Louro, cuyo voto con el PP propició el mandato plenario al BNG para reactivar el Plan, recordó ayer que este documento "es un asunto transversal, que afecta a todo el gobierno y el BNG debe cumplir la voluntad del pleno". Eso sí, admite que no tiene que ser algo inmediato. "En las próximas semanas habrá que crear espacios para el entendimiento", aunque advierte de que "esto no es una broma y seguiremos adelante, en este caso concreto, con el PP" si el BNG decide no sumarse.

Recuerda que los informes negativos de la Xunta, provocaron que hace 15 meses "decidiéramos dejar pasar una temporada, pero creo que ya ha pasado un tiempo prudencial para recuperar la senda del Plan. El acuerdo plenario es claro y habrá que crear una comisión de trabajo". Aunque reconoce que "no sé lo que hará Mosquera" añade que "no es el momento de aventurar hipótesis antes de tiempo".

Niega tener temor alguno a que se tensen las relaciones en el bipartito y el BNG fuerce más desencuentros y deja claro que "el PXOM es un asunto complejo y difícil, pero si todos queremos se puede llegar a una solución".