Los comités le habían comunicado, por escrito, que no aceptaban negociaciones diferenciadas por centro y a pesar de ello, los responsables de Recursos Humanos de Ence se ajustaron al calendario rechazado y se presentaron ayer en la fábrica de Huelva para iniciar la ronda de contactos. El comité onubense se negó a reunirse y la empresa se conectó on line de urgencia con los portavoces de las plantillas de Pontevedra, Navia (Asturias) y Madrid.

Los delegados de personal explicaron que en el aire está una propuesta de 144 despidos en el grupo -39 de ellos en Pontevedra- que parte de un ERE retirado en marzo y por consiguiente la interlocución tiene que ser con la representación de "todos" los trabajadores, remarcaba ayer el presidente del comité de la fábrica de Lourizán, Suso Graña, que añadía que si se retoma el diálogo, este se podría derivar hacia la comisión impulsada en su momento por Ence para "agilizar" la negociación en la que, en cualquier caso, están presentes

Los presidentes de los distintos centros de trabajo que tiene la compañía que preside Juan Luis Arregui dejaron la puerta abierta a "que nos convoquen cuando quieran y en donde quieran", aunque no pierde de vista que el plazo autoimpuesto para negociar la salida de los "excedentes" finaliza en dos días.

Ence ha puesto sobre la mesa un plan de despidos que gira en torno a tres ejes de actuación: la salida adelantada y en principio voluntaria de los trabajadores de más de 58 años; el despido de todos los eventuales que ocupan puestos estables y una selección entre los empleados menores de 50 años; quedando de entrada libres de la amenaza de rescisión laboral los trabajadores situados en la franja de edad comprendida entre los 50 y los 58 años.

El plan puesto sobre la mesa aún no ha entrado a detallar el tipo de compensaciones o indemnizaciones que recibirían los potenciales despedidos.

La plantilla de Ence en Pontevedra, que se pretende reducir en 39 empleos está integrada por 315 trabajadores, sumando los que tienen la fábrica de Lourizán y los servicios centrales. De ellos 291 son estables y 24 eventuales aunque de estos apenas media docena ocupan puestos de trabajo fijo que se quieren eliminar.

Precisamente para hablar de uno de los puestos que Ence pretende suprimir en la fábrica de Lourizán, se reunió ayer el comité pontevedrés con el jefe territorial de Industria de la Xunta.

El objetivo del encuentro no era otro que advertir del riesgo que supone para la seguridad de las personas y de la instalación la eliminación de un empleo en calderas. A petición del responsable autonómico, los trabajadores le harán llegar un informe detallado de la situación.